México se destaca por ser un país orgulloso de sus tradiciones y costumbres; por lo que al llegar una fecha conmemorativa o significativa se celebra a lo grande, música, ropa, comida, bebidas y hasta un sin fin de fuegos artificiales. Éstos últimos pueden partir de la delgada línea de diversión hacia la tragedia en segundos.
Las festividades de esta época y las grandes costumbres nos hacen difícil encontrar un panorama peligroso para los fuegos artificiales. Estos parten a dos vertientes principales para la salud.
Peligros
La primera es la peligrosidad que estos tienen al ser manipulados por niños o jóvenes. Las temperaturas que llegan a alcanzar hacen que en un caso grave lo mejor que te pueda pasar sea una quemadura de tercer grado; seguido de ceguera, problemas en la audición y lo peor, la pérdida de alguna extremidad.
Las salas de emergencia de hospitales durante esta época son fieles testigos de historias que pudieron ser evitadas de una manera muy simple.
La segunda vertiente pero no menos importante es la contaminación que estos emiten hacia el medio ambiente; Los contaminantes liberados durante su quema son nocivos para la salud, por que llegan al sistema respiratorio en grandes cantidades. Esto sumado al estado de contingencia actual es una muy mala combinación. De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT); en los meses de septiembre, noviembre y diciembre, durante las fechas festivas la contaminación aumenta drásticamente. Un ejemplo no muy lejano de lo que los contaminantes puede hacer al ambiente es en diciembre del 2015; se activó la fase de Precontingencia Ambiental en la Ciudad de México, luego que se registraran más de 150 puntos IMECA.
Así que ya sabes el impacto que tiene los cohetes, sin mencionar otro tipo de daños directos e indirectos que suelen ocasionar a mascotas y personas sensibles a ruidos extremos.
