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Durante la feria de tecnología que se realiza en Las Vegas, la empresa Richtech Robotics, presentó uno de sus productos más populares: un robot que automatiza un proceso en la cocina y, a la vez, logra llamar la atención del público.
En el CES, la gigantesca feria de tecnología que se realiza anualmente en Las Vegas, sobran las imágenes que te sorprenden por parecer de una película de ciencia ficción, un efecto que produce ver a ADAM, el robot barista de la compañía estadounidense Richtech Robotics, preparando café y entregándoselo a quienes van a conocerlo a su stand en el evento tecnológico.
ADAM, cambiará el mundo de los restaurantes
ADAM es parte de una línea de robots que automatizan procesos en negocios de comida, y se ha vuelto ya una figura conocida en algunos establecimientos de Manhattan.
Ha sido adquirido por lugares especializados en café, bubble tea y bares, donde prepara su especialidad: cualquier tipo de bebidas.
“Nada produce un efecto de sorpresa tan grande como ver a un robot que baila y te prepara un trago”, explicaron los promotores de Richtech Robotics durante su paso por CES 2024.
De momento, este robot también ha tenido su momento «celebrity», pues fue contratado por Kylie Jenner para atender a los invitados a un lanzamiento de 818, su marca de tequila.
El nicho de ADAM en la industria de servicios
Si bien las capacidades de ADAM y la respuesta positiva en CES es buena, es importante considerar su nicho previsto en la industria de servicios. ADAM está diseñado para mejorar la eficiencia y el servicio al cliente en cafeterías, bares y establecimientos similares.
Su capacidad para producir constantemente bebidas y alimentos de alta calidad sin fatiga puede cambiar las reglas del juego para las empresas que buscan optimizar sus operaciones y mantener una calidad constante.
Sin embargo, antes de que los baristas y trabajadores de la industria de servicios de todo el mundo entren en pánico por la posible adquisición de la automatización, hay una advertencia importante a considerar, ADAM, si bien es impresionante, no reemplaza el toque humano y la experiencia en todos los aspectos del servicio al cliente.
Destaca en tareas repetitivas, como preparar bebidas y comidas sencillas, pero carece de las habilidades interpersonales matizadas y la creatividad que los baristas humanos aportan a la mesa.
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