Gerontofobia todo lo que debes saber

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Gerontofobia todo lo que debes saber
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Hablamos de gerontofobia cuando hay un miedo exagerado en torno a lo que implica la nueva etapa de la vida en la que envejecemos.  “No quiero que me preguntes cuántos años cumplo, no quisiera llegar a viejo, ya no tenés edad para hacer estas cosas” son frases cotidianas que repetimos en nuestras conversaciones.

Hay una especie de obsesión por ser eternos y un silencio o tabú en torno a envejecer. Veamos de qué se trata y cómo podemos reconciliarnos con la idea de crecer.

Para algunas personas pensar en el envejecimiento, en la vejez e incluso en las personas adultas mayores no solo les genera incertidumbre, miedo o ansiedad, sino también un rechazo inconmensurable. Y aunque esto podría parecer una situación exagerada o falta de empatía; es una verdad de muchos.

¿Qué es la gerontofobia?

La gerontofobia se relaciona con un trastorno de ansiedad en el que está presente un temor excesivo tanto hacia los adultos mayores como hacia el envejecimiento propio y ajeno. No obstante, no se trata de una situación que surge de la nada. Se asienta sobre numerosos prejuicios y mitos asociados a la idea de debilidad y enfermedad.

Solemos tener una imagen universal asociada a la vejez, quizás más cercana a las dificultades físicas, a los dolores y al declive. Sin embargo, esto no se presenta necesariamente de dicho modo.

La adultez de antes no se vive de la misma manera que la de ahora, con todas las ventajas y desventajas que ello implica. Los avances científicos y tecnológicos aportaron mucho para que la ancianidad sea una etapa que se puede atravesar con calidad de vida.

¿Por qué se origina dicho rechazo? 

Sin duda alguna tiene una gran relación con todas las falsas creencias, mitos, tabúes y viejismos que hay en torno a este tema. Y como lo hemos mencionado en artículos anteriores es la misma sociedad quien se ha encargado de crearlos y seguir arraigados a ellos.

Ahora bien, es cierto que actualmente las condiciones de vida de las personas adultas mayores nos han hecho cuestionarnos en más de una ocasión sobre nuestro futuro o mejor dicho sobre nuestra vejez; desde cómo será, cómo la viviremos en qué condiciones, entre otros aspectos, pero debemos entender que el envejecimiento además de ser un proceso natural de los seres vivos, muchos de los factores que originan la dependencia en la vejez, enfermedades o condiciones no favorables en esta etapa pueden ser modificables a lo largo de nuestra vida si se detectan a tiempo o bien se trabaja en cuanto antes con ellos.

Ancianos disfrutan el envejecimiento.

¿Qué provoca la gerontofobia?

  1. Discriminación a las personas adultas mayores por su edad, su apariencia, rendimiento físico, etc. Y con ello seguir alimentando erróneamente a todos los viejísimos y edadismos.
  2. Creer que el envejecimiento es curable, que se podrá detener o simplemente que pronto alguien descubrirá el elixir de la juventud.
  3. Llegar a la vejez frustrados, con ansiedad, depresión e incluso un abandono de su salud física, mental o social.
  4. Someterse a tratamientos milagro o antiage, que además de ser costosos prometen un rejuvenecimiento que puede poner en riesgo su salud. Recuerda que el envejecimiento no solo se trata de apariencia.

Claves para un envejecimiento positivo

Algunas de las recomendaciones para experimentar una etapa adulta con calidad de vida son las siguientes:

  • Piensa en todo lo que sí puedes: la vejez se asocia al déficit. Es decir, a todo aquello que ya no es como antes y que no podemos hacer como lo hacíamos. El foco está en la falta. Sin embargo, resulta interesante pensar en todo aquello que sí tenemos a nuestro alcance. Más tiempo libre, otras responsabilidades, más experiencia, historias para compartir. Si sabemos apreciarlo, podremos ver que se abre un universo de posibilidades para disfrutar de la vejez.
  • Prepárate con tiempo: si vives muchos años, el envejecimiento no es una opción: forma parte del destino. Por lo tanto, mientras te encuentras más vital, puedes empezar a pensar en tu futuro. ¿Cómo quieres que sea, dónde te gustaría vivir, qué te gustaría hacer? De esta manera, no solo puedes prever recursos, sino que también le das un sentido a ese tiempo que está por venir.
  • Rodéate de gente que te haga bien: haz nuevos amigos, conversa con personas más jóvenes, empieza actividades que te permitan relacionarte. De esta manera, no solo mantienes tu mente despierta, sino que también puedes crear y compartir nuevos momentos e historias.
  • Busca un propósito: la vejez no es el fin de todo. Por el contrario, es el comienzo de una nueva etapa. De lo que se trata es de poder reflexionar en dónde quieres estar, a qué quieres dedicarle tu tiempo y energía. Si encuentras algo que tenga sentido, podrás sentirte a gusto.
  • Evita presionarte: no es necesario que tengas el mismo rendimiento que cuando tenías 15 años. Tampoco tienes que demostrarle nada a nadie. Acepta tus tiempos y ritmos. Aprender a regularse es una clave de autocuidado.

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