Enfermedades silenciosas: ¿cómo reconocerlas?

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Las enfermedades silenciosas se caracterizan por presentar pocos o ningún síntoma. Sin embargo, suponen un gran riesgo, ya que acaban dañando de forma irreversible ciertos órganos o tejidos.

Las enfermedades silenciosas son aquellas que apenas producen síntomas y que pueden pasar inadvertidas. En algunos casos, los signos que sí se manifiestan son muy generales.

El problema es que la mayoría de estas enfermedades silenciosas, a medida que avanza el tiempo, desarrollan graves complicaciones. Además, como las personas no se sienten enfermas, tienden a abandonar el tratamiento o ni siquiera iniciarlo.

Esto se debe a que los medicamentos sí pueden producir efectos secundarios. No obstante, es esencial diagnosticarlas y tratarlas de forma precoz para evitar sus consecuencias. Por ello, te explicamos cuáles son las más frecuentes.

7 enfermedades silenciosas: ¿cómo reconocerlas?

Enfermedades silenciosas ¿cómo reconocerlas

1. Diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica que se produce porque el cuerpo no puede producir suficiente insulina o utilizarla de forma correcta. La insulina es la llave que permite que ingrese la glucosa en las células del organismo.

Según explica la Organización Mundial de la Salud, en 2014 había 422 millones de adultos en todo el mundo con esta patología. De forma general, se dice que existen dos tipos: 1 y 2. Sin embargo, también es importante destacar la diabetes gestacional (aparece durante el embarazo).

La diabetes tipo 1 es aquella en la que el páncreas no puede producir insulina. Suele darse en personas jóvenes. Aunque esta patología se considera una de las enfermedades silenciosas más frecuentes, sí tiende a desarrollar síntomas. Por ejemplo, puede haber sensación de sed, más ganas de orinar y cansancio.

2. Hepatitis

La hepatitis es una enfermedad que consiste en la inflamación del hígado. Gran parte de los casos están causados por la familia de los virus de la hepatitis. Dentro de este grupo encontramos los tipos A, B, C, D y E. No obstante, también puede relacionarse al alcohol, a enfermedades autoinmunes y a fármacos.

Según explican los especialistas de Hospital Alemán, al no producir síntomas, está infradiagnosticada. El problema es que puede hacerse crónica. A la larga, el daño en el hígado es mayor.

Por ejemplo, la hepatitis provocada por el virus tipo C se relaciona con un mayor riesgo de cirrosis hepática y cáncer. Así lo expresan en numerosos estudios, como aclara la American Cancer Society.

Los virus de la hepatitis pueden ser detectados al realizar una serología a partir de un análisis de sangre. Además, existen vacunas incluidas en el calendario para parte de ellos.

Enfermedades silenciosas ¿cómo reconocerlas

3. Hipertensión

Otra de las enfermedades silenciosas más prevalente en los países desarrollados es la hipertensiónSe define como el aumento de tensión en las paredes de los vasos sanguíneos. Esto hace que el corazón tenga que esforzarse más para impulsar la sangre hacia los tejidos.

Según explica la Fundación Española del Corazón, una porción importante de la población desconoce si es hipertensa. Esta patología aumenta de forma notable el riesgo de infarto cerebral. Del mismo modo, se estima que la posibilidad de sufrir demencia vascular o deterioro cognitivo se eleva en un 70 % en los pacientes hipertensos.

Las cifras de tensión arterial se pueden medir de manera muy sencilla. Por ejemplo, mediante aparatos electrónicos, en las farmacias o también en las consultas médicas. De hecho, es uno de los parámetros que siempre se suele evaluar en cualquier exploración clínica.

4. Anemia

Dentro de las enfermedades silenciosas, también se puede hablar de la anemia. Se produce cuando disminuye la concentración de hemoglobina o de glóbulos rojos en la sangre. 

Es una situación muy frecuente que altera la capacidad para transportar oxígeno a los tejidos. Puede deberse a problemas dietéticos, pérdidas sanguíneas (por ejemplo, en las mujeres con reglas abundantes) o enfermedades digestivas.

Lo cierto es que, aunque suele considerarse una de las enfermedades silenciosas, muchas personas sí experimentan signos. Puede haber cansancio, debilidad, palidez en la piel o palpitaciones.

5. Cáncer

Por desgracia, muchos tipos de cáncer constituyen enfermedades silenciosas durante bastante tiempo. Hasta que no avanzan lo suficiente como para comprometer los tejidos circundantes, puede que no aparezca ningún tipo de sintomatología.

El cáncer es un proceso en el que las células del cuerpo se transforman debido a mutaciones genéticas. Lo que ocurre es que comienzan a proliferar de manera incontrolable. Esto hace que se dañen los tejidos normales.

Uno de los cánceres que más se incluye dentro de las enfermedades silenciosas es el de páncreas. Según la plataforma Cancer.net, esta neoplasia no produce casi ningún signo hasta que el daño es muy avanzado. En ese punto hay pocos tratamientos efectivos.

Sin embargo, otras neoplasias sí pueden acompañarse de signos inespecíficos. Por ejemplo, sudoración, fiebre inexplicable, pérdida de peso, aparición de bultos. De ahí que siempre sea esencial consultar con un médico ante cualquier tipo de malestar persistente.

6. Hígado graso

El hígado es uno de los órganos fundamentales para el funcionamiento del organismo. En él se llevan a cabo numerosas reacciones enzimáticas. Además, es uno de los encargados de la depuración de las toxinas.

El hígado graso es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en este órgano. Esto hace que se produzca una reacción inflamatoria.

Está muy relacionado con el consumo de alcohol y con la dieta. Muchas veces puede apreciarse que el hígado está aumentado de tamaño. Si no se realiza ningún tipo de tratamiento o cambio en los hábitos, puede evolucionar hacia cirrosis.
Enfermedades silenciosas ¿cómo reconocerlas

7. Alzhéimer

El alzhéimer es uno de los tipos de demencia más frecuentes. Esta patología produce el deterioro del pensamiento, afecta el comportamiento, la memoria y las habilidades sociales de quien la sufre.

Al principio, los síntomas pueden pasar desapercibidos. Su incidencia aumenta con la edad. Es usual que comience presentándose como pequeños olvidos o descuidos. Sin embargo, en los estadios finales provoca que la persona pierda su independencia y la capacidad para realizar actividades cotidianas.

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