Neuralgia intercostal: síntomas y tratamientos

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Neuralgia intercostal síntomas y tratamientos
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La neuralgia intercostal es un tipo de dolor lacerante que aparece en el tórax y se puede extender a otras partes del cuerpo. Se estima que hasta un 15 % de la población mundial lo sufre.

La neuralgia intercostal se puede definir como una dolencia muy común que afecta a personas de todas etnias y edades. Se caracteriza por la aparición de un dolor en la región costal y torácica de tipo calambriforme, comparable al provocado por una ciática. Esto se produce por una compresión, irritamiento o mal funcionamiento de los nervios intercostales.

Tal y como reportan estudios epidemiológicos, alrededor del 15 % de la población sufre este tipo de dolores en cualquier momento dado. Son múltiples la causa de la neuralgia intercostal, pero la sintomatología es bastante característica y uniforme. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre esta patología y cómo abordarla.

Síntomas de la neuralgia intercostal

Comenzamos destacando los signos clínicos más comunes que se producen durante esta patología. Los síntomas más usuales son los siguientes:

  • Dolor transversal en la caja torácica, como si un cinturón estuviese apretando una serie de músculos concretos. Puede aparecer tanto en el lado izquierdo como derecho del cuerpo.
  • Dolor abdominal.
  • Molestia o dolor en alguna parte de los miembros superiores.
  • Signos menos comunes: fiebre, picor, falta de sensibilidad, hormigueos y movilidad restringida.

Los síntomas suelen ser sensitivos, pero la función motora también puede estar comprometida en los casos más severos. Este dolor es intermitente o constante y, por desgracia, puede permanecer por mucho tiempo después de que haya desaparecido su causa subyacente.

¿Qué causa la neuralgia intercostal?

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos define la neuralgia como un dolor agudo que sigue la ruta de un nervio y se debe a su irritación o daño. En este caso, las terminaciones nerviosas que se ven afectadas son aquellas que se encuentran entre las costillas.

Fuentes ya citadas nos muestran las posibles causas de la neuralgia intercostal. Entre ellas encontramos las siguientes:

  • Intervenciones quirúrgicas: aproximadamente el 43 % de los pacientes con neuralgia intercostal han pasado antes por quirófano. La toracotomía y la toracoscopia son los procedimientos que más riesgos presentan de traducirse en este tipo de dolor.
  • Virus herpes-zoster: aproximadamente el 30 % de los pacientes han pasado una infección por herpes-zóster. Durante un brote de herpes las fibras nerviosas debajo de la culebrilla pueden dañarse. Esto hace que las señales mandadas por ellas sean exageradas y confusas.
  • El resto de los casos no se pueden atribuir a una causa específica, pero entre los factores sospechosos podemos encontrar fracturas o esguinces, artrosis, afecciones pulmonares, problemas posturales, tumores, embarazo y otras infecciones virales.

Como podrás observar, una de las causas más habituales de la neuralgia intercostal es la infección por herpes-zoster. Hasta un 10 % de los pacientes con la enfermedad inicial llegan a sufrirla en el futuro. A pesar de que las lesiones vesiculares se curen, el dolor posherpético puede permanecer por meses o años.

Neuralgia intercostal síntomas y tratamientos

¿Cómo se puede diagnosticar la neuralgia intercostal?

El diagnóstico se basa en la detección de la enfermedad subyacente que está causando el malestar en los nervios intercostales. Por básico que pueda sonar, la anamnesis es clave en este proceso: se realizan múltiples preguntas al paciente, sobre todo enfocadas a su historial clínico.

Tras esto, también es vital una exploración física. Se realizará una palpación del área intercostal y, tras ello, se puede acudir a pruebas de imagen como los rayos X o ultrasonidos musculoesqueléticos. La electromiografía y los test de conducción nerviosa ayudan a cuantificar la funcionalidad de los nervios afectados.

Tratamientos disponibles

El tratamiento se debe abordar desde dos amplios frentes: la medicación y la fisioterapia. Desgranamos cada uno de ellos en los siguientes apartados.

Tratamiento médico

El tratamiento dependerá del agente causal, pues nada tiene que ver una infección vírica con un tumor que esté pinzando los nervios afectados. Aun así, existen una serie de medicamentos comunes que se pueden prescribir:

  • Bloqueadores de los nervios intercostales: inyección de anestésicos o aplicación de corticosteroides en la zona afectada.
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): un grupo de medicamentos utilizados para manejar el dolor. Fármacos como el ibuprofeno o el naproxeno pueden ayudar a reducir la inflamación del área afectada.
  • Ablación por radiofrecuencia: parte del nervio afectado es cortada utilizando el calor generado por una corriente alterna de radiofrecuencia media.
  • Medicina para el dolor neuropático: algunos fármacos, como la gabapentina, también utilizados para manejar las crisis epilépticas, pueden llegar a ser útiles en la gestión de la neuralgia posherpética.

Fisioterapia

Esta patología también debe abordarse mediante un tratamiento fisioterapéutico. La terapia fisioterapéutica tiene como fin la disminución del tono de la musculatura en relación con el pinzamiento nervioso y la movilización y liberación de las articulaciones que puedan estar comprometiéndolo. Además, se puede realizar un vendaje funcional para disminuir los síntomas en la zona afectada.

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