Aguas florales para cuidar tu piel

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Aguas florales para cuidar tu piel
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Las aguas florales cautivan con su textura ligera y fragancia suave, pero además contienen pequeñas cantidades de aceite esencial que cuidan la piel sin irritarla. Descubre sus propiedades y cómo usarlas.

Las aguas florales constituyen uno de los regalos más valiosos de la naturaleza y resultan idóneas para iniciarse en el apasionante mundo de la aromaterapia. Sus beneficios terapéuticos resultan de la cantidad de principios activos que poseen: entre ellos, aceites esenciales (un 5%) y otros compuestos volátiles hidrosolubles.

AGUAS FLORALES MÁS EFICACES

Cada agua floral posee sus efectos terapéuticos, pero todas tienen en común que se pueden emplear directamente sobre el cutis. Una vez aplicadas, se aconseja esperar un momento y retirar la cantidad sobrante para no resecar la piel.

La rosa, un gran tónico

El agua de rosas es posiblemente la más popular. Se obtiene por destilación de pétalos de diferentes tipos de rosas. A lo largo de la historia se le han atribuido propiedades antidepresivas e incluso afrodisíacas. Lo que sí se ha demostrado es su capacidad astringente, por lo que resulta ideal para cerrar los poros después de una limpieza. Se indica sobre todo en pieles grasas.

Lavanda para dormir

Otro clásico y de usos muy variados. Se utiliza como antiséptico sobre la piel en pequeñas heridas o tras el afeitado. Por su suave efecto calmante, también se aconseja para bebés intranquilos o con dificultad para dormir: se añaden unas gotas al baño nocturno o se pulveriza en la habitación.

Aguas florales para cuidar tu piel

El relajante azahar

Posee propiedades relajantes y ayuda a eliminar gases. Diluyendo unas gotas en un vaso de agua se puede usar para subir la tensión. Con este fin, fue muy empleada antiguamente tras un desvanecimiento.

Hamamelis para la circulación

El agua floral de hamamelis mejora la circulación sanguínea. Se emplea en masajes ascendentes en la piernas a fin de mejorar la pesadez y las varices.

Rociada sobre la cara, equilibra la secreción sebácea, cierra los poros y reduce las rojeces causadas por la cuperosis, la rosácea e incluso una quemadura solar. Se puede mojar un disco de algodón con ella y dejarlo actuar sobre los ojos cerrados de 10 a 15 minutos para atenuar las ojeras y descansar la vista.

Manzanilla descongestiva

Contiene, junto a una pequeña cantidad de aceite esencial, dos principios activos –el azuleno y el bisabolol– que le confieren propiedades calmantes y descongestivas. Se humedecen unos discos de algodón y, al igual que con el agua de hamamelis, se colocan sobre los ojos cerrados para aliviar la fatiga ocular. Además, por su efecto sedante y antiespasmódico, resulta idónea para aplicar sobre la piel del bebé con un suave masaje en el abdomen a fin de facilitar la digestión, evitar los cólicos y favorecer el descanso nocturno.

Geranio astringente

El agua obtenida de esta flor, al cerrar los poros, se puede emplear tras la limpieza del cutis. También es un regenerante cutáneo y elimina el exceso de grasa de la piel, otorgándole una gran luminosidad.

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