Cómo afectan el té y el café al riñón

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Cómo afectan el té y el café al riñón
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Mucho se ha hablado de si es mejor tomar café descafeinado, café con cafeína o té para la salud. Como en todo lo que tiene que ver con la alimentación, existen muchas creencias populares, pero la ciencia va aumentando el conocimiento sobre su efecto protector. Hasta la fecha ya sabemos que tomar café a diario -de 3 a 4 tazas- puede ser protector frente a fallecer por todas las causas, a la mortalidad, por cáncer, enfermedad del riñón y por enfermedad cardiovascular, además de aumentar la longevidad y reducir el riesgo de deterioro cognitivo.

Sin embargo, esta recomendación es válida para personas sanas y que siguen una dieta equilibrada. En el caso de personas mayores con exceso de peso y síndrome metabólico, un conglomerado de enfermedades que abarcan la diabetes, la obesidad, la hipertensión, los triglicéridos altos y el HDL bajo, la cosa cambia.

Té, café y su influencia en el riñón

El consumo de té y café con cafeína sostenido empeora la función del riñón en estas personas mayores con síndrome metabólico.

La enfermedad renal es un importante problema de salud pública en todo el mundo, ya que afecta a un 10% de la población adulta. Cuando hablamos de población mayor -a partir de los 60-65 años- la frecuencia es mayor y puede llegar a afectar al 20%. El envejecimiento produce que el riñón pierda ciertas facultades y empeore su capacidad para depurar la sangre, lo que provoca que se acumulen tóxicos en el organismo.

Esta capacidad de filtración se mide con la tasa de filtración glomerular. Los investigadores han analizado cómo afectaba el consumo de la cafeína del té y el café en esa tasa de filtración glomerular. Se ha observado que “un mayor consumo de café, que equivale a dos tazas o más al día, se asocia con peor función renal a lo largo de un año”. Una baja tasa de filtrado glomerular quiere decir que el riñón está peor y una alta tasa que está mejor”.

Cómo afectan el té y el café al riñón

Cafeína del café y el té

“El café y el té son ricos en compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, con posibles efectos beneficiosos para la salud humana.

El café es, de hecho, una bebida muy consumida en la población mediterránea y una de las principales fuentes de cafeína en la dieta.

Además de ese contenido en polifenoles, vitaminas, minerales y fitoquímicos bioactivos con potenciales efectos beneficiosos para la salud, el café tiene un alto contenido en cafeína. “Esta se ha considerado siempre que aumenta la hipertensión y, por tanto, produce un aumento de la hiperfiltración, y esa hiperfiltración mantenida a lo largo del tiempo es lo que va a producir un deterioro del riñón.

Los mecanismos por los cuales el café se asocia con un empeoramiento de la función renal en esta población de alto riesgo cardiovascular están mediados por un consumo de cafeína.

¿Por qué puede producirse este empeoramiento? El riñón aumenta su capacidad de filtración como una suerte de defensa. El hecho de mantener esa filtración aumentada conlleva que la función se agote. Esto podría explicar lo que comenta Díaz, ya que al inicio del estudio -que duró un año- los participantes que más cafeína tomaban tenían una mayor tasa de filtración glomerular. Sin embargo, al año “aquellos con mayor tasa al principio tenían una peor función renal”.

Entonces, ¿puedo tomar café?

No se trata de eliminar el café de la dieta completamente, sino de reducir la cantidad de consumo en las personas mayores que tienen enfermedad renal, obesidad, diabetes, triglicéridos altos y HDL bajo, y esto puede hacerse reduciendo el café con cafeína y reemplazándolo por descafeinado. Limitar el consumo de café con cafeína a una taza diaria. Si tomamos descafeinado “a nivel de polifenoles aporta lo mismo, pero el riñón te lo va a agradecer si tienes ya factores de riesgo asociados, y una edad mayor”.

Y no hay que olvidar que en personas mayores con enfermedades ligadas a la obesidad el consumo diario de 50 mg -unas dos tazas- de café con cafeína ya afecta a la función renal.

Salas recuerda que los resultados de este estudio “observacional deben confirmarse mediante un ensayo clínico”. Esto significa que si se comprueba la relación entre un consumo elevado de café o té, los consejos sobre el consumo de estas bebidas con cafeína deben incluirse en las estrategias nutricionales para la prevención de la enfermedad renal, particularmente en adultos con alto riesgo.

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