El consumo de refresco de dieta genera controversias. Qué efectos negativos se le atribuyen y qué dice la ciencia sobre los edulcorantes artificiales. Lo más saludable siempre es reemplazar los refrescos de dieta por jugos naturales y agua.
Beber una cantidad razonable de refrescos dietéticos al día, como una lata o dos, probablemente no te haga daño. Los edulcorantes artificiales y otros químicos que se usan actualmente en los refrescos dietéticos son seguros para la mayoría de las personas, y no hay evidencia creíble de que estos ingredientes produzcan cáncer.
Algunos tipos de refrescos dietéticos incluso están fortificados con vitaminas y minerales. Pero los refrescos dietéticos no son una bebida saludable ni una solución milagrosa para bajar de peso.
Aunque el cambio de refrescos comunes a refrescos dietéticos puede ahorrar calorías, aún no está claro si son efectivas para evitar la obesidad y los problemas de salud relacionados a largo plazo.
Abundan las opciones bajas en calorías más saludables, incluida el agua, la leche descremada y el té o café sin azúcar.
Qué son los edulcorantes artificiales
Algunos fabricantes llaman “naturales” a sus edulcorantes aunque estén procesados o refinados. De hecho, la estevia es un ejemplo.
Por el contrario, algunos edulcorantes artificiales derivan de sustancias naturales como hierbas o el azúcar mismo. La sucralosa es un ejemplo de un edulcorante artificial que proviene del azúcar. La sucralosa es 600 veces más dulce que el azúcar. Por eso se necesita una pequeña cantidad para mantener el mismo nivel de dulzura sin añadir calorías.
Argumentos en contra de consumir refrescos de dieta
Entre los argumentos que se difunden acerca de potenciales efectos dañinos de los refrescos dietéticos, se incluyen:
- Al beber este tipo de gaseosa, el cerebro percibe la presencia de dulce y libera insulina. Esto reduce los niveles de azúcar en sangre y crea la necesidad de consumir más dulce añadiendo calorías.
- Por los altos niveles de ácido fosfórico se podrían formar cálculos renales.
- El aspartamo aumenta el azúcar en sangre y picos en los niveles de insulina, lo cual puede derivar en diabetes tipo 2.
- Mayor probabilidad de afecciones cardiacas y cerebrovasculares por los altos niveles de sodio y fructosa que elevan la presión sanguínea. Así lo evidencia un estudio publicado en International Journal of Epidemiology.
- El aspartamo provocaría desequilibrio en los estados de humor, migrañas y ansiedad.
- Desgaste del esmalte de los dientes por el ácido cítrico presente en el refresco dietético, caries y tonalidad amarilla de los dientes.
Evita los refrescos para mejorar la salud
Aunque dietéticos, se recomienda no introducir los refrescos en la dieta habitual. Su consumo en de forma esporádica no debería conllevar riesgos, aunque existen colectivos muy sensibles a ellos como aquellos pacientes de problemas gástricos. En estos casos, el gas puede generar grandes incomodidades o incluso reflujos, además de los problemas metabólicos ya comentados.
La mejor manera de asegurar un buen estado de hidratación es el agua. Por otra parte, su ingesta de forma previa a las comidas contribuye a generar saciedad, lo que puede promover una alimentación más adecuada. Así se estimula la pérdida de peso, lo que resulta protector frente a patologías crónicas.
Por último, no te olvides de que es fundamental promocionar buenos hábitos de vida en general. No solo hay que cuidar la dieta, sino que también es importante realizar ejercicio físico de forma habitual, así como descansar correctamente cada noche. De lo contrario, la salud metabólica se verá muy afectada, lo que incrementa la incidencia de problemas como la diabetes.