La importancia del desayuno

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La importancia del desayuno
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Un desayuno completo y equilibrado es fundamental para poder afrontar el día con energía, así como para evitar los bajones de azúcar que nos hacen picar entre horas.

Un buen desayuno es fundamental para comenzar bien el día y para tener la energía necesaria para afrontar todo. ¿Cuántas veces hemos oído sobre la importancia del desayuno? Sin embargo, seguimos desayunando poco o nada porque nos levantamos sin apetito o a las apuradas. Esto es una equivocación tremenda.

Los profesionales no se cansan de repetir la importancia de no saltarse el desayuno. Debes recordar, en primer lugar, que no has comido nada en muchas horas, y el cuerpo necesita reponer energía. Parece contradictorio, pero las personas que desayunan bien tienen menos problemas de peso y los que no lo hacen, acarrean problemas de falta de memoria y concentración y por supuesto están con mal carácter a lo largo del día.

La importancia del desayuno: desayuna bien y empieza el día con fuerza

El desayuno representa la ruptura del ayuno, sienta los cimientos de una buena alimentación y, por lo tanto, beneficia a la salud. Gracias al desayuno, el cuerpo puede mantenerse fuerte, con mayores niveles de concentración y energía durante toda la mañana.

En el caso de los niños, la importancia del desayuno es aún mayor, claro. Su cuerpo y cerebro están en pleno crecimiento y dependen en gran medida del consumo regular de alimentos. Al no desayunar y pasar un largo periodo de tiempo sin comer, el niño podría sufrir de diversos problemas físicos, intelectuales y de comportamiento.

La importancia del desayuno

Sin embargo, muchas veces nos saltamos esta comida, por ir con prisas, por pereza o por la falsa de idea de que saltándose el desayuno, uno puede adelgazar más rápidamente. Sin embargo, un estudio citado en Pediatrics concluyó que los adolescentes que desayunaban a diario tenían un índice de masa corporal más bajo que los adolescentes que nunca desayunaban o que solo lo hacían ocasionalmente.

Las personas que consumen un desayuno comen más calorías, fibra y colesterol en su dieta en general. Pero aquellos que desayunaban también tenían dietas con menos grasas trans. Estas últimas son las responsables de un incremento de la inflamación a nivel sistémico, según un estudio publicado en Progress in Lipid Research.

¿Qué puede incluir un desayuno equilibrado?

Un desayuno equilibrado puede incluir:

  • Productos lácteos. Puedes elegir los que más te gusten, pero es mejor que sean enteros. Principalmente, leche o yogur son ideales. Aportan vitaminas, proteínas y calcio.
  • Frutas. Es un elemento básico, si además las tomas con piel te dan la fibra que necesitas. También contienen minerales, carbohidratos y vitaminas. Ten en cuenta que la fibra ha demostrado incrementar la sensación de saciedad.
  • Cereales o pan integral. Tienen no solo carbohidratos de los que extraer energía, sino también fibra.
  • Huevos.
  • Carne, por ejemplo jamón. Pero cuidado, no conviene excederse en este ingrediente.
  • Café o infusiones.

Es importante tener en mente que el desayuno debe aportar alrededor del 25% de la ingesta calórica diaria. Por supuesto, debemos tratar de combinar los distintos elementos de forma equilibrada, a fin de que el cuerpo pueda absorber las vitaminas, fibra, carbohidratos y minerales necesarios.

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