Enfermedades cardiovasculares

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Enfermedades cardiovasculares
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Las mujeres deberían informarse sobre su salud cardiovascular tanto como lo vienen haciendo para prevenir y detectar el cáncer de mama. Algunas estadísticas señalan que por cada mujer que muere por ese tipo de cáncer son 12 las que mueren por enfermedad cardiaca o ictus, englobadas en el conjunto de enfermedades cardiovasculares (ECV).

Suele decirse que las mujeres subestiman su riesgo cardiovascular, pero en realidad ha sido la comunidad científica quien más lo ha subestimado. Y es que los asuntos del corazón se centraban en la versión masculina, tanto en cuanto a estrategias preventivas como en los tratamientos de la enfermedad, o a la hora de participar en ensayos clínicos. En las últimas décadas, han aparecido numerosas iniciativas para contrarrestar ese sesgo de género y con la incorporación del factor femenino a las estadísticas de enfermedad cardiovascular se ha visto su remarcada prevalencia.

Diferentes riesgos en enfermedades cardiovasculares en hombres y mujeres   

La enfermedad cardiaca afecta a más hombres que a mujeres, aunque el riesgo femenino aumenta tras la menopausia y los iguala. En general, la ECV se desarrolla en mujeres entre 7 y 10 años más tarde que en los hombres.

La mayoría de factores de riesgo cardiovascular son comunes para ambos sexos, como la edad y un estilo de vida poco saludable, hipertensión, colesterol alto, obesidad y mala salud dental (que puede llevar a endocarditis).  Algunas investigaciones han constatado que, además del factor de riesgo femenino que suponen las complicaciones del embarazo, se incrementa el riesgo de la mujer por:

  • Diabetes.
  • Tabaquismo
  • Sedentarismo.
  • Estrés y depresión.
  • Antecedentes familiares de enfermedad cardiaca temprana.
  • Enfermedades inflamatorias (artritis reumatoide, lupus…).

La diabetes tiene un impacto cardiovascular sobre la mujer mayor que en el hombre. De hecho, las mujeres diabéticas que presentan un infarto tienen el doble de riesgo de morir que los hombres diabéticos.

Y en cuanto a la diferenciación clínica de síntomas ante un infarto de miocardio, Sambola dice que “las mujeres presentan dolor en el pecho en un 90% de los casos, igual que los hombres, pero es un dolor que oprime, que se irradia a la espalda o entre los omóplatos, y puede también irradiarse al cuello, a las mandíbulas, muñecas o extremidades superiores izquierdas”. Ese dolor puede acompañarse de mareo, náuseas y vómitos con más frecuencia que en los hombres, y que en mujeres diabéticas puede no aparecer dolor y se sustituye por una sensación intensa de falta de aire.

Enfermedades cardiovasculares

Síntomas distintivos de enfermedades cardiovasculares en hombres y mujeres 

Hombres y mujeres comparten varios síntomas a la hora de sufrir un accidente cerebrovascular: insensibilidad o debilidad en cara, brazo o pierna; dificultades para hablar o comprender lo que le dicen; dificultades para caminar o falta de coordinación; problemas de visión y fuerte dolor de cabeza sin causa aparente

Pero hay otros síntomas adicionales que presentan las mujeres, como debilidad general; desorientación o confusión y problemas de memoria; fatiga y náuseas o vómitos.

Además, las mujeres pueden tener mayor riesgo de ictus por:

  • Embarazo con complicaciones.
  • Preeclampsia (presión sanguínea muy alta durante la gestación, que dobla el riesgo de ictus años después).
  • Anticonceptivos.
  • Terapia hormonal sustitutiva (no se debe usar para prevenir el ictus en mujeres postmenopáusicas).
  • Migrañas con aura (particularmente si la mujer es fumadora y toma anticonceptivos).
  • Fibrilación auricular (aumenta un 20 por ciento el riesgo de ictus en mujeres a partir de los 75 años).

Cómo protegerse frente a las Enfermedades cardiovasculares

Concienciarse y saber identificar los factores de riesgo cardiovasculares femeninos es imprescindible para mujeres de todas las edades. Una mujer bien informada estará alerta sobre sus riesgos y sabrá que algunos de ellos se pueden magnificar en el organismo de la mujer.

Por citar algunos ejemplos, fumar es peor en mujeres por debajo de los 50 años porque aumenta el riego de infarto;  las mujeres jóvenes suelen tener menos índices de colesterol que los hombres de su edad, aunque  a partir de los 65 años el colesterol LDL (el que vulgarmente llamamos malo) subirá más;  con la menopausia la presión sistólica puede subir abruptamente, y a partir de los 75 años la hipertensión es causa importante de hipertrofia ventricular, insuficiencia cardiaca e ictus en la población femenina.

Seguir unas pautas de vida saludable es la clave para prevenir los episodios cardiacos y cerebrovasculares tanto en hombres como en mujeres. En ambos se dan factores de riesgo que pueden modificarse con un cambio de estilo de vida: tabaquismo, hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad, diabetes, sedentarismo, alto consumo de alcohol, depresión, y enfermedades inflamatorias.

Con la menopausia desaparece el efecto protector de los estrógenos, aumenta el riesgo de obesidad y de HTA, y se elevan los niveles de lípidos, por ello todas las sociedades científicas de cardiología recomiendan abrazar costumbres saludables.

Mitos que las mujeres deben desterrar sobre su salud cardiovascular

Como en otras cuestiones de salud, son muchos los mitos que se relacionan con las ECV.

  • Soy demasiado joven para preocuparme por el corazón.
  • Si tuviera la presión arterial alta notaría los síntomas.
  • No hay que controlar el colesterol hasta cierta edad.
  • Sabré reconocer un ataque cardiaco porque me dolerá el pecho.
  • Si me tomo la medicación necesaria, la diabetes no afectará a mi corazón
  • Como hay enfermedad cardiaca en mi familia, yo no puedo hacer nada para prevenirla.
  • Me duelen las piernas porque soy mayor.
  • Si mi corazón palpita rápido puedo tener un ataque cardiaco.
  • No puedo hacer ejercicio porque he tenido enfermedad cardiaca.

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