Mientras que la liberación de adrenalina durante un período corto de tiempo puede ayudarnos a sentirnos bien, si se mantiene en el tiempo puede tener también efectos negativos, como dolores musculares o cefaleas.
Todos hemos oído hablar de la adrenalina o epinefrina, es una hormona generalmente relacionada con la activación, la motivación y con esa energía que necesitamos en nuestro día a día para sentirnos bien.
Esta hormona que cumple también la función de neurotransmisor puede ser nuestra mejor aliada. Ahora bien, resulta interesante saber que, al mismo tiempo, puede ser esa sustancia adversa que da forma al estrés crónico, a nuestras cefaleas y la ansiedad.
Estas hormonas son secretadas por la glándula suprarrenal a la circulación sanguínea. Las glándulas suprarrenales se encuentran situadas encima del polo superior de ambos riñones.
- La adrenalina es una hormona con efectos sobre distintos órganos y partes del organismo (corazón, pulmones, metabolismo, ojos, riñones, sistema nervioso central…)
- También produce una respuesta del organismo encaminada a prepararle para la reacción de huida, lucha, miedo, etc.
- -Además de secretarse por el organismo, la adrenalina se puede sintetizar en los laboratorios en forma de fármaco, muy útil fundamentalmente en casos de emergencia médica.
¿Qué es la adrenalina?
La adrenalina es, como ya hemos dicho, una hormona que cumple la función de neurotransmisor y que se produce en las glándulas suprarrenales y en algunas áreas de nuestro sistema nervioso central.
Podríamos definirla como un mediador químico que trabaja cambiando la actividad de varios de nuestros órganos como, por ejemplo, el corazón.
- La principal finalidad de esta hormona es prepararnos para la huida o la lucha ante una amenaza.
- Asimismo, potencia todos nuestros recursos físicos para alcanzar un objetivo, ya sea para escapar de él o para afrontarlo.
¿Qué efectos tiene?
La adrenalina una vez liberada en la sangre ejerce su acción sobre distintos órganos:
- Cardiovascular: estimula la frecuencia y la fuerza contráctil del músculo cardiaco, así la respuesta inmediata que notamos tras la acción de la adrenalina es la taquicardia. Sobre los vasos sanguíneos produce una vasoconstricción (piel, mucosas y riñón).
- Pulmonar: la adrenalina tiene un efecto broncodilatador (favorece la entrada de aire a los pulmones) al relajar la musculatura lisa bronquial y reduce las secreciones bronquiales.
- Sobre el metabolismo provoca un aumento de la glucemia y del metabolismo basal.
- Sobre los ojos se produce una dilatación de la pupila (midriasis).
- Sobre el riñón y las vías urinarias contrae los esfínteres por lo que puede provocar una retención urinaria.
- En el sistema nervioso central se producen unos síntomas indirectos debido sobre todo a los efectos cardiovasculares (cefalea, nerviosismo, temblor), ya que la adrenalina no tiene efecto directo sobre el cerebro.
- Determinadas enfermedades cursan con niveles altos o bajos de adrenalina, lo que puede provocar ciertos síntomas relacionados con el exceso o déficit de esta hormona.
Usos en medicina
Además de secretarse por el organismo, la adrenalina se puede sintetizar en los laboratorios en forma de fármaco, muy útil fundamentalmente en casos de emergencia médica, en los que se necesita una respuesta inmediata de órganos vitales como el corazón.
Así se emplea en los servicios de urgencias médicas como fármaco de elección en reacciones alérgicas graves (anafilaxia), crisis de asma graves y paradas cardiorrespiratorias.
La adrenalina frente al estrés
Es bien conocida la relación entre la adrenalina y el estrés. Ante una situación amenazante se produce una respuesta del organismo encaminada a prepararle para la reacción de huida, lucha, miedo, etc. Así cualquier estímulo físico o psicológico provoca una liberación de hormonas, entre ellas la adrenalina que provoca una respuesta fisiológica para sobrevivir (aumento del flujo sanguíneo al corazón, de la frecuencia cardiaca, mayor capacidad respiratoria, liberación de glucosa para aumento de energía, etc.).
Es decir, nos prepara para reaccionar de forma rápida y eficaz cuando es necesario. Aunque en estas situaciones comentadas la adrenalina es imprescindible, la liberación continuada de adrenalina no es beneficiosa. En la medida de lo posible, es recomendable controlar las situaciones mantenidas de estrés de la vida diaria, realizar un sueño reparador y suficiente, comer de forma ordenada y saludable, y practicar ejercicio físico.
Efectos positivos y efectos negativos de la adrenalina
El ser humano no mantendría su auténtica esencia sin esta hormona fabulosa. Puede que, ante todo lo explicado hasta el momento, nos hayamos formado una imagen algo negativa de ella.
Sin embargo, es necesario entender toda la trascendencia que esta sustancia tiene en nuestro día a día e incluso en nuestro estilo de personalidad.
Efectos positivos
Todos hemos experimentado esos agradables “subidones” cuando hacemos deporte, cuando bailamos, cuando subimos a una atracción de feria, cuando nos enamoramos.
- Todas estas sensaciones conforman lo que los neurólogos llaman a veces “una droga cerebral”.
- De hecho, hay personas que sienten auténtica adicción a este tipo de situaciones donde la adrenalina se dispara al máximo, como pueden ser, por ejemplo, los deportes de riesgo.
- Asimismo, es interesante saber que la adrenalina nos puede mantener alejados de la depresión, puesto que media también en la producción de serotonina, que según este estudio del Hospital Warneford (Reino Unido), es la hormona del bienestar mental.
Efectos negativos
La preocupación excesiva, el miedo constante, la ansiedad persistente e incluso el tener que hacer esfuerzos físicos a lo largo de muchas horas trae como consecuencia una liberación excesiva de adrenalina, lo notaremos de inmediato a través de estos síntomas:
- Dolor muscular
- Tensión en el cuello, brazos o piernas
- Mareos
- Visión borrosa o presión en los ojos
- Dolor de cabeza
- Dificultades para dormir
- Dolor de estómago
- Hipertensión
- Cansancio persistente
Llevar una vida activa donde se combinen los instantes de ejercicio o socialización con la relajación y una buena gestión del estrés sería, sin duda, un modo sensacional de trabajar en nuestra calidad de vida.
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