Efectos secundarios de los psicofármacos

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Efectos secundarios de los psicofármacos
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Los psicofármacos actúan normalizando las modificaciones químicas que se producen en las enfermedades mentales o en sus síntomas. La utilización de los psicofármacos en campos distintos de la Psiquiatría no es nada nuevo. Su utilidad es cada vez más frecuente, pues se ha comprobado la existencia de una relación entre la psique y la piel. Aparte de las llamadas psicodermatosis muchas enfermedades dermatológicas están directamente relacionas con el estrés; por eso, y ante la reticencia de muchos enfermos de ser visitados por el psiquiatra, es importante que el dermatólogo tenga unos conocimientos básicos de la farmacología y el manejo de los psicofármacos.

¿Qué son los psicofármacos?

Prescrito y utilizado adecuadamente, un psicofármaco permite atenuar o eliminar diversas formas de sufrimiento psíquico: ansiedad, depresión, enfermedad maníacodepresiva, trastornos delirantes… Un psicofármaco debe ser prescrito por un médico

Un gran número de personas utilizan, con o sin prescripción, medicamentos para afrontar los trastornos provocados por sus dificultades cotidianas.

Del mismo modo que en el caso del alcohol o del tabaco, un consumo excesivo de psicofármacos por parte del padre/madre puede influir negativamente sobre los consumos de los/as hijos/as.

Los efectos de los psicofármacos varían según su composición química, las dosis administradas y la sensibilidad individual del paciente.

Asociar este tipo de medicamentos a otras sustancias psicoactivas conlleva importantes riesgos, sobre todo porque los efectos de ciertas interacciones no son totalmente conocidos. La mezcla con alcohol, por ejemplo, potencia o anula los efectos de cada una de las sustancias absorbidas.

Efectos

Los efectos de un psicofármaco difieren según la categoría a la que pertenecen:

  • Tranquilizantes o ansiolíticos: disminuyen la angustia y las manifestaciones de ansiedad (insomnio, tensión muscular…)
  • Somníferos o hipnóticos: destinados a provocar y/o mantener el sueño; pueden disminuir el estado de alerta mientras se está despierto.
  • Neurolépticos o antipsicóticos: son fármacos usados en psiquiatría, sobre todo para el tratamiento de las psicosis. No tienen riesgo de dependencia.
  • Antidepresivos: indicados en el tratamiento de las depresiones, cuyos síntomas son: disminución acentuada del interés o del placer de vivir, trastornos del sueño, agitación o apatía, sensación de fatiga o pérdida de energía inexplicables, sentimiento de desvalorización o de culpabilidad excesiva, disminución de la aptitud para pensar y de concentrarse. Pueden ocasionar efectos indeseables, como pérdida de la vigilancia, somnolencia, excitación… No producen dependencia física.

Efectos secundarios de los psicofármacos

Las benzodiacepinas, ansiolíticos o hipnóticos, son psicofármacos prescritos para calmar las manifestaciones de angustia o ansiedad, por sus cualidades sedantes y para facilitar la relajación muscular.

Pueden ocasionar pérdida de la memoria respecto a los hechos recientes, disminución del estado de alerta, somnolencia, disminución de los reflejos…

Riesgos de los psicofármacos

Las benzodiacepinas pueden generar dependencia física y psíquica, favorecidas por la duración del tratamiento, la dosis administrada, los antecedentes de otras dependencias y la asociación con el alcohol (aumenta su efecto sedante). La dependencia física y psíquica se traduce, cuando se interrumpe bruscamente el tratamiento, en un fenómeno de privación, siendo los principales síntomas de abstinencia el insomnio, los dolores musculares, la ansiedad, la irritabilidad y la agitación. La retirada progresiva del fármaco evita estos trastornos.

Aunque algunos fármacos psicoactivos no generan dependencia física, sí pueden producir dependencia psíquica, dependiendo de cada individuo y cada sustancia. Cuando se altera o aumenta el consumo de un psicofármaco al margen de la prescripción médica, puede aparecer una situación de dependencia psicofarmacológica. Aquí se incluyen: psicotrópicos, opiáceos, barbitúricos, anfetaminas, benzodiacepinas.

Existen tres tipos de dependencia psicofarmacológica:

  1. Dependencia psicofarmacológica: concierne a todo tipo de fármacos, siendo frecuentes las asociaciones de distintos medicamentos. Esta práctica de consumo se asimila a la dependencia, ya que la vida del usuario se centra en su consumo. Alternancia entre momentos de consumo controlado y momentos de consumo excesivo.
  2. Dependencia psicofarmacológica entre drogodependientes: los psicofármacos aportan sensaciones nuevas o modulan los efectos sedantes o excitantes de las sustancias psicoactivas consumidas por otros motivos.
  3. Dependencia psicofarmacológica desconocida: los fármacos se toman generalmente tras una prescripción médica y, si se mantienen las dificultades o aparecen nuevos síntomas, puede instalarse una escalada medicamentosa. En esta conducta es difícil distinguir la dependencia física y/o psíquica, del miedo al síntoma y del deseo del medicamento.

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