Ataque de ansiedad: una crisis muy real

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Ataque de ansiedad una crisis muy real
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Para poder comprender a las personas que sufren un ataque de ansiedad, tenemos que realizar el esfuerzo de ponernos en sus zapatos e imaginar cómo se sienten cuando están experimentando un ataque.

En la mayoría de las ocasiones, los síntomas de una persona que está sufriendo una crisis de ansiedad son poco comprendidos por sus familiares o amigos.

Al no percibir una causa física que los esté causando, muchos tienden a restarle importancia y otros, pueden llegar a decirle que está exagerando o, incluso, fingiendo.

Puesto que la persona sí que siente físicamente la impresión de que va a morir (pulso acelerado, respiración entrecortada, corazón desbocado, etc.), expresiones como “no es para tanto” o “no te estás muriendo”, no la ayudan para nada en esos momentos.

¿QUÉ ES?

El término ataque de ansiedad es intercambiable por crisis de ansiedad, crisis de pánico y crisis de angustia. Un ataque de ansiedad es una avalancha súbita de miedo o malestar intensos que en pocos minutos alcanza su máxima intensidad. El malestar consiste en una serie de síntomas físicos que pueden ser muy variables junto con una intensa sensación de ansiedad.

Para que entendamos la magnitud del malestar, durante el apogeo de la crisis de ansiedad, muchas personas creen estar sufriendo un ataque al corazón. Puede surgir desde un estado de calma o desde un estado de ansiedad y su duración es de 10 a 45 minutos desde que alcanza su máxima intensidad. Al finalizar la crisis, la persona puede regresar al estado de previo de calma o ansiedad; mientras que, en otros casos, se mantiene un nivel moderado de ansiedad hasta incluso podría repetirse la crisis más adelante.

¿ES REAL UN ATAQUE DE ANSIEDAD?

Para poder meternos en la piel de estas personas e imaginar como se sienten, resulta imprescindible realizar un ejercicio de empatía. Un ejercicio que no están dispuestas ha llevar a cabo muchas personas que nunca han sufrido ansiedad y desconocen el grado de sufrimiento al que se puede llegar.

Los ataques de ansiedad se pueden manifestar de forma muy variable. Recordemos que la crisis aparece de forma súbita y en pocos minutos alcanzan su máxima intensidad. A continuación, vamos a enumerar los distintos síntomas de un ataque de ansiedad:

  1. Aceleración del pulso o sensación de palpitaciones (el corazón late más deprisa y con más fuerza)
  2. Sensación de ahogo o dificultad para respirar (puede parecer un ataque de asma)
  3. Presión en el pecho (puede parecer un infarto al corazón)
  4. Sudoración
  5. Temblor
  6. Color de cabeza
  7. Llanto o gritos incontrolables
  8. Ganas de vomitar (náuseas) o molestias gastrointestinales
  9. Sensación de mucho calor o escalofríos
  10. Mareo, aturdimiento o sensación de desmayo
  11. Hormigueo en las manos o en la cara
  12. Sensación de irrealidad (desrealización) o verse en tercera persona, como desde fuera (despersonalización)
  13. Miedo a “volverse loco” o a perder el control
  14. Miedo a morir de forma inminente

Ataque de ansiedad una crisis muy real

LA INCOMPRENSIÓN EMPEORA EL PROBLEMA

Cada vez que sufre un ataque de ansiedad, lo que realmente le está sucediendo a la persona es que está reviviendo, concentradas en unos pocos minutos, otras situaciones traumáticas de su vida. Como los demás no pueden ver físicamente este intenso sufrimiento, muchos lo interpretan como invenciones o exageraciones.

Estas reacciones negativas frente a su dolor, no solo no ayudan para nada a la persona que padece ansiedad, sino que además, pueden dar origen a otros problemas.

En muchos casos, esta falta de comprensión puede causar conflictos, distanciamientos o, incluso, separaciones familiares o de pareja.

POR QUÉ OCURRE EL ATAQUE DE ANSIEDAD

Lo que le sucede a quienes padecen ansiedad es que su aprendizaje negativo ha sido reforzado durante mucho más tiempo y en muchas más ocasiones que el de Paco, por lo tanto, les cuesta mucho más trabajo realizar la pausa para entender que no existe ningún peligro real en el presente.

Paco no tenía ese largo historial de ansiedad y pudo controlar las reacciones de su cuerpo, pero aun así, fue consciente de que, de no haber realizado el esfuerzo por centrarse en la situación actual, la ansiedad podría haberle dominado en cuestión de muy pocos minutos.

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