El impacto del estrés y los nervios sobre la salud puede ser muy evidente. Cuando tu día a día es intenso y acelerado, tu cuerpo puede dar señales de que el estrés le está afectando demasiado en forma de problemas de piel, de estómago o una bajada de defensas.
El trabajo, la familia, las tareas del hogar… es fácil que en algún momento te sientas desbordada y el estrés y los nervios se apoderen de tu día a día.
A veces lo percibes claramente (te notas alterada, tu humor cambia, estás ansiosa…) pero en ocasiones estos nervios no se manifiestan de forma evidente y lo que provocan son alteraciones leves en el organismo que, aunque pueden pasar inadvertidas, repercuten en tu salud e incluso favorecen el desarrollo de otras patologías.
EL ESTRÉS Y LOS NERVIOS PROVOCA CONTRACTURAS Y DOLOR
Numerosas investigaciones demuestran que el bombardeo de adrenalina que se genera cuando se viven situaciones estresantes y la tensión muscular que la acompaña pueden favorecer que se sufran diferentes tipos de dolor:
- Contracturas. La zona cervical tiende a agarrotarse ante situaciones como una discusión, ir a un lugar con prisas, sufrir un contratiempo… También los músculos que protegen la columna se contraen por estas causas y tienden a contracturarse provocando dolores de espalda, lumbalgias…
- Dolor de cabeza. Esta mayor tensión en los músculos del cuello (y también del cráneo) puede provocar un dolor en las sienes, que se siente como si alguien apretase la cabeza. Muchas personas aprietan los dientes al dormir cuando están estresadas y eso también puede desencadenar dolor de cabeza.
DOLOR DE ESTÓMAGO POR NERVIOS
En el intestino existe una red de neuronas. Por ello, dicen que el aparato digestivo es un “segundo cerebro” capaz de percibir las emociones.
- Puede aparecer dolor. Los pinchazos en la barriga son habituales cuando se está nervioso. Y también la acidez de estómago, debido a un exceso de secreción de jugos gástricos.
- Más riesgo de gastritis porque la angustia muchas veces hace que comas mal, rápido, sin masticar bien… Y esto favorece la gastritis.
EL ESTRÉS DEBILITA LOS DIENTES
Según varios estudios presentados por el Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España, el estrés puede facilitar la caries dental y acelerar la enfermedad de las encías e incluso la caída de los dientes. Y ocurre por varias razones:
- Tienes la boca seca. Las glándulas salivales están controladas por fibras nerviosas. Por ello, si se produce un cambio drástico en las emociones su función puede alterarse y se produce xerostomía, es decir, el síndrome de boca seca, lo que empeora la salud oral.
- Tomas más azúcar. Las personas que sufren ansiedad por largos periodos de tiempo suelen tener los niveles de serotonina excesivamente bajos, lo que «empuja» al organismo a consumir alimentos ricos en azúcares, principal «caldo de cultivo» para las bacterias productoras de caries en los dientes.
¿UN MAREO O AHOGO POR ESTRÉS?
Si no se presentan otros síntomas puede responder al estrés:
- La respiración se acelera. Tu cerebro activa, ante situaciones que te ponen nerviosa, el sistema respiratorio. Por ello, puedes sentir que “te falta el aire”.
- La cabeza se embota. La ansiedad puede en algunos casos también provocar un mareo de tipo psicógeno que hace que percibas la cabeza como embotada o vacía.
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