Una buena salud contra el COVID-19

El fin de la pandemia aún es un horizonte poco claro, porque aunque tengamos más herramientas como la implementación de vacunas, cuidados preventivos o la posibilidad de no salir de casa para evitar contagios; la realidad es que muchas personas dependen de alguna actividad que involucra el contacto y el traslado con muchas otras personas para poder mantenerse.

Esto nos hace aún estar en alto riesgo ante un virus que tiene una alta mortalidad en distintos grupos de personas, podemos decir que los más vulnerables son:

Personas de 60 años o más.

• Quienes padecen enfermedades inmunodepresivas, crónicas, cardiacas, pulmonares, renales,hepáticas, sanguíneas o metabólicas.
• Mujeres embarazadas.
•  Niñas y niños menores de 5 años.
• Quienes padecen obesidad y sobrepeso.

El proceso de vacunación es otro tema, este puede llegar a demorarse algunos meses más, pero mientras eso sucede ¿qué alternativas tenemos?; claro, aparte de extremar nuestros cuidados preventivos…

EL CUIDADO DE NUESTRA SALUD Y ALIMENTACIÓN

La relación más grande que existe entre los grupos más expuestos a sufrir de manera grave por el COVID, es un estado de salud que podemos cuidar con una buena alimentación; nutrición y actividad física. Esto ayuda al cuerpo cuando se encuentre en un desafío inmunitario.

La desnutrición es muy importante, muchos piensan que solo afecta cuando es notoriamente visible; 50% de sus hogares padecen algún tipo de inseguridad; alimentaria y su población está afectada por la triple carga de malnutrición (desnutrición, carencias en micronutrientes y sobrepeso/obesidad”)

«Las vacunas pueden ser menos eficaces para estimular una respuesta inmune en aquellas personas adultas que están desnutridas.»

Información por improvecomunicaciones.com en artículo «Dar prioridad a la salud puede ayudar a respaldar la respuesta a las vacunas»