La depresión nos es fácil de diagnosticar, ya que, a veces, sus síntomas se confunden con otras enfermedades secundarias. Es fundamental que sepamos reconocerlos y relacionarlos para poder tomar medidas antes de una posible depresión.
Depresión. Es uno de los diagnósticos más frecuentes en las consultas de atención primaria, un trastorno del estado del ánimo que es capaz de paralizar nuestras vidas y que pone puertas a nuestra felicidad. ¿Por qué es tan habitual hoy en día? Presiones laborales, sensación de soledad, problemas familiares, falta de espacio personal y calidad de vida.
Las causas que determinan una depresión son múltiples, además de muy personales. Debemos recordar que ninguna depresión es igual, y que no todas las personas procesamos las emociones o los problemas de la misma manera.
De ahí que, a la hora de tratar una depresión, se necesiten varias áreas: terapias psicológicas, ayuda farmacológica, apoyo social y, ante todo, una clara voluntad personal para superar ese “túnel”.
Veamos a continuación en nuestro espacio cuáles son los síntomas más relevantes. Por tu salud y tu bienestar.
Síntomas de una posible depresión
Hay un dato importante que nos señalan muchos profesionales de la salud: la depresión no siempre es fácil de diagnosticar, ya que en ocasiones se confunde con otros trastornos. Normalmente, los médicos de atención primaria tienen poco tiempo para obtener un diagnóstico y, a menudo, se centran más en ese dolor de cabeza o en ese insomnio antes que en la auténtica realidad subyacente: la depresión.
De ahí que sea esencial que seamos conscientes de lo que está ocurriendo. El desánimo, la tristeza o la frustración cursan a menudo con síntomas psicosomáticos, tal y como señalan investigaciones como la publicada en la Revista Panamericana de Salud Pública en 2008. Son efectos secundarios de un problema emocional que no se ha gestionado de modo eficaz.
Ten en cuenta los siguientes síntomas. Si te identificas con 4 de ellos puede que sea un indicio de depresión. No obstante, lo más importante es que acudas a un psicólogo o psiquiatra que pueda determinarlo mejor.
1. El insomnio en una posible depresión
No estamos hablando de un insomnio temporal, sino de uno crónico que nos impide recuperar fuerzas, que hace que nos levantemos cansadas y sin ánimo. Es frecuente que recurramos a los somníferos para encontrar descanso, pero lo normal es que nos acostemos y que nos sea difícil conciliar el sueño porque hay algo que nos preocupa.
2. Alteraciones del apetito
¿Notas que comes por ansiedad? ¿O quizá eres de las que ha perdido por completo las ganas de comer? Hay personas que notan como aumentan de peso sin saber por qué, mientras que otras pueden caer en trastornos de la conducta alimentaria que pueden tener relación con los síntomas depresivos.
3. Pensamientos obsesivos
Hay creencias que no se van de la mente. Preguntas, imágenes o recuerdos que no podemos olvidar. Son pensamientos obsesivos que nos llenan de ansiedad y que no podemos controlar. Algo así genera un gran agotamiento mental y una gran desesperanza.
4. Pensamientos negativos y de culpa
Además de esos pensamientos obsesivos, es muy habitual que caigamos en un negativismo muy característico. Todo lo vemos desde el lado más oscuro y perdemos la ilusión nada más levantarnos por la mañana.
Nos atormentamos con sentimientos de culpa. Incluso nos es difícil aceptar ayuda de otras personas y preferimos los instantes de soledad.
5. Nos cuesta concentrarnos
Podemos sentirnos como ausentes o descentradas. Se nos olvidan muchas cosas y nos es muy complicado centrar la atención en algo en concreto.
Nos sentimos cansadas y, a su vez, nos agota que otros nos llamen la atención por nuestros despistes o equivocaciones.
6. En una posible depresión, nos cuesta tomar decisiones
Sabes que deberías pedir ayuda, o más aún, eres consciente de que lo mejor para ti sería afrontar lo que está ocurriendo. Sin embargo, te sientes incapaz.
En cualquier caso, tan pronto como sea posible, te recomendamos que acudas a un especialista si tienes síntomas de depresión.