La ropa y los tejidos de hoy en día no solo llevan fibras: también pueden incorporar tintes, pegamentos y conservantes que, en algunos casos, acaban provocando alergia en la piel.
La alergia textil suele provocar, sobre todo, problemas cutáneos (enrojecimiento, picor, descamación, ronchas, eccemas…). Y, aunque este tipo de alergia no se considera una de las más frecuentes, es muy probable que esté infradiagnosticada.
- Los síntomas pueden aparecer horas o días más tarde, por lo que a veces el afectado no asocia la reacción alérgica a la prenda que la ha causado. Y esto, lógicamente, puede dificultar el diagnóstico.
LAS MOLESTIAS, MÁS COMUNES EN LAS ZONAS DE ROCE
Cuando la sensación de piel seca, picor o enrojecimiento se debe a este tipo de alergia, suele afectar a zonas en las que las prendas tienen un contacto mayor o más directo.
- Por eso, si notas los síntomas en el cuello, las axilas, la cintura, la cara interna de los brazos y los muslos, detrás de las rodillas… es muy posible que la causa esté en alguna de las piezas de ropa que usas.
CUIDADO CON LOS TEJIDOS SINTÉTICOS
Para reducir el riesgo de que tu ropa te provoque reacciones adversas, apuesta por tejidos lo más naturales posible (algodón no tratado, seda…) porque, en general, causan menos alergias e irritación.
- Con la lana hay que hacer un matiz. Es cierto que puede irritar pieles que son atópicas y causar urticaria de contacto ocasionalmente, pero casi nunca produce alergia por sí misma.
- Los tejidos sintéticos, en cambio, sí suelen provocar más molestias. Por ejemplo, se habla incluso de la dermatitis del nailon, que actúa irritando la piel. Se cree que esto ocurre porque es un material que absorbe poco el sudor.
LOS TINTES QUE PROVOCAN MÁS ALERGIAS
Los tintes también pueden estar detrás. De hecho, los compuestos que colorean las prendas son, en general, la principal causa de alergia textil. Pero existen diferencias entre ellos:
- Colorantes dispersos, los que más hay que evitar. Se usan para cambiar el color del poliéster, el nailon, las mezclas de fibras y otros tejidos sintéticos. Representan más del 20 % de los colorantes producidos en el mundo, y son los que más alergias provocan. Eso se explica porque se unen débilmente a los tejidos y, por tanto, pueden pasar muy fácilmente a la piel.
- Los tintes reactivos, menos problemáticos. Se usan en las fibras naturales y, a diferencia de los anteriores, se unen fuertemente a ellas, por lo que cuesta mucho más que pasen a la piel. Por eso, suelen producir pocas alergias.
OJO CON PRENDAS QUE NO SE ARRUGAN Y LAS DE CUERO
Para lograr que la ropa no se arrugue, les añaden pegamentos o resinas (de urea o melamina-formaldehído) que son muy alergénicas. Algunos países como Alemania y Noruega ya han tomado medidas para limitarlos.
- Los aditivos para reducir el mal olor (biocidas), que se usan en la ropa deportiva o para proteger las prendas durante la fabricación y el transporte, son otro posible desencadenante de alergia.
- Uno de los más alergénicos es el dimetilfumarato, un fungicida que se dispersa en el embalaje para evitar la aparición de moho en productos elaborados, por ejemplo, con cuero. Se usa mucho en China, pero está prohibido en la Unión Europea.
Cuidado también con el cuero porque, para curtirlo, se pueden usar derivados de sales de cromo, con gran capacidad de provocar alergias.
7 CONSEJOS PARA REDUCIR TU RIESGO DE ALERGIA
Lamentablemente, hoy en día no es obligatorio indicar en la etiqueta de las prendas los tintes o químicos utilizados en su elaboración. Pero puedes esquivar los más alergénicos si sigues estos consejos:
- Si en la etiqueta pone “lavar por separado”, mejor evita comprar esa prenda. Es sinónimo de que destiñe y, por lo tanto, sus tintes se desprenden fácilmente.
- Precaución también si pone que “no necesita planchado”. Suelen ser tejidos a los que se les añade formaldehído para evitar las arrugas.
- Mejor elige ropa que no venga de países lejanos. Las posibilidades de que se hayan usado biocidas para protegerla durante el transporte es mucho mayor cuanto más lejos esté la zona de origen.
- Recorta siempre las etiquetas. Pueden producir reacciones alérgicas por el colorante de la tinta.
- Opta, cuando sea posible, por tejidos claros y naturales. Son los que menos posibilidad tienen de contener tintes y otras sustancias alergénicas.
- Si sospechas que una prenda irrita tu piel, pero la quieres seguir usando, ponte algo de algodón debajo para evitar que haya contacto directo.
- Las prendas, mejor holgadas que ajustadas. Al rozar menos con tu piel, el riesgo de irritación dermatológica se reduce.
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