La listeria o listeriosis es un peligrosa infección alimentaria provocada por una bacteria que se contagia por comer alimentos crudos, especialmente el queso o los pescados ahumados. Hay que estar atento a sus síntomas.
Se trata de una enfermedad transmitida por una bacteria, la listeria monocytogenes, que se contagia a través de alimentos contaminados.
¿CÓMO SE CONTAGIA LA LISTERIA?
La bacteria puede estar en todo tipo de ambientes, por ejemplo en agua contaminada, en el suelo o en las heces de animales.
A las personas el contagio nos llega sobre todo a través de alimentos crudos o poco cocinados. Esta bacteria resiste hasta los 55 grados.
Los lugares más habituales suelen ser:
- Quesos frescos o pocos curados y otros lácteos con leche no pasteurizada.
- Vegetales mal lavados.
- Patés poco cocinados.
- Pescados crudos.
¿QUIÉNES SON LOS MÁS AFECTADOS?
Las personas más vulnerables son los que tienen el sistema inmunológico más débil.
- Las personas mayores.
- Los niños pequeños.
- Las embarazadas.
- Los enfermos de sida u otras enfermedades que debiliten el sistema de defensas.
En personas con unas defensas normales, la infección no suele suponer ningún peligro. En los grupos que acabamos de repasar el riesgo puede ser incluso mortal.
- En el caso concreto de las embarazadas, el peligro está en que la listeria pasa al feto. El riesgo de perder el bebé es del 70% y si eso no ocurre, el pequeño puede sufrir daños cerebrales severos.
SÍNTOMAS DE LISTERIA
La listeria no siempre es una infección grave. Al contrario. Las personas sanas y fuertes pueden haberle hecho frente con sus defensas hasta el punto de que la infección pase desapercibida.
Los síntomas más habituales son los típicos que pueden ocurrir en otras infecciones alimentarias:
- Náuseas y diarrea.
- Fiebre.
- Dolor de cabeza o muscular.
Los síntomas pueden tardar desde unos días hasta 3 o 4 semanas desde que se tomó el alimento contaminado. Por eso muchas veces no es fácil dar con la fuente inicial cuando se detecta el brote.
ALIMENTOS QUE PUEDEN CONTAGIAR LA LISTERIA
Ya hemos señalado de que a veces la infección por la bacteria se ha producido durante la elaboración o envasado del producto, por lo que no siempre depende de ti.
Por eso, las personas más vulnerables deben evitar en lo posible, aunque sin dejarse llevar por el exceso de celo, los alimentos crudos poco controlados:
- Quesos blandos, como el Brie, Camembert, Roquefort, feta si no se indica que es de leche pasteurizada.
- Patés no enlatados o pescados ahumados o crudos, tipo sashimi o ceviche (si se desconoce que ha habido un buen proceso de manipulación).
- Salchichas, ya que la bacteria puede estar en el agua de conservación.
- Sobras de otros días. La listeria puede resistir bien el frío de la nevera y un plato ya preparado puede «infectarse» de otro producto que está allí guardado.
¿PUEDE HABER COMPLICACIONES?
En las personas vulnerables, la infección no tratada a tiempo puede extenderse al sistema nervioso y al cerebro, provocando una meningitis (inflamación de la membrana que rodea al cerebro).
- También puede extenderse por el torrente sanguíneo provocando una infección generalizada de la sangre, una septicemia.
- En los casos que llega al sistema nervioso provoca rigidez, pérdida de equilibrio, migraña muy severa e incluso convulsiones.
Lógicamente, ante este cuadro de síntomas hay que acudir a un centro médico, ya que es algo que requiere tratamiento inmediato.
CÓMO SE TRATA ESTA INFECCIÓN
Pese a que no es una infección que los médicos vean con frecuencia cuando se presenta un paciente con fiebre alta y síntomas de infección, se tiende a sospechar de algún tipo de bacteria.
- El principal tratamiento ante el peligro de complicaciones es dar antibióticos. Si el paciente es un bebé, una embarazada o una persona anciana puede requerir ingreso hospitalario a la espera de descartar cualquier complicación.
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