Dado que nuestro médico está para ayudarnos y no para juzgarnos, es inútil que le intentemos ocultar información, ya que así solo nos estaremos perjudicando a nosotros mismos.
¿Dices mentiras a tu doctor? ¿Por qué lo haces? ¿Crees que no causan ningún daño? ¿Cuáles crees que son las peores? Las consultas frecuentes con el médico de varias áreas pueden ayudarte a prevenir problemas en el futuro y controlar los que ya tienes. Los exámenes de rutina son esenciales para prevenir y combatir el avance de enfermedades.
Aunque no lo creas, hay algunos pacientes que prefieren decirle alguna mentira al especialista que cuida de su salud. Hay casos en que los enfermos esconden dolores o situaciones que ponen en riesgo su salud por temor a ser criticados o juzgados.
Hacen esto sin pensar que pueden perjudicar al diagnóstico y hasta el propio tratamiento de un determinado problema. Conoce cuáles son las peores mentiras que puedes decirle a tu médico porque pueden ser peligrosas para tu salud.
5 peores mentiras que puedes decirle a tu médico
1. “Me siento bien”
La primera de las peores mentiras que puedes decirle a tu médico es que te sientes bien cuando no es así. Esta frase es muy común entre quienes luchan contra la depresión y no reconocen que necesitan ayuda. Algunos de estos pacientes se sienten tristes y piensan que ese problema no puede ser resuelto por un especialista.
Sentimientos persistentes de culpa, desesperación e irritabilidad son algunos síntomas de la depresión y de problemas hormonales que no siempre se solucionan por sí mismos.
Esta mentira también la dicen mucho aquellas personas que tienen una condición médica específica que requiere un tratamiento estricto que no siguen. Entonces, aunque sientan alguna molestia prefieren callarse para que su médico no los regañe.
Es muy importante contar a tu médico cualquier alteración significativa de humor, pensamientos o comportamientos que afecten la capacidad de funcionar bien en casa o en el trabajo. Piensa que cualquier síntoma puede requerir un cambio de medicamentos, dieta o terapia.
2. “Sigo una dieta sana”
La segunda de las peores mentiras que puedes decirle a tu médico se relaciona con tus hábitos alimenticios. Las personas, generalmente, dicen que comen menos y mejor de lo que en realidad hacen.
Ese es el motivo por el cual los nutricionistas recomiendan escribir un diario alimenticio. Sin embargo, cuando un paciente dice esta mentira también suele alterar su registro de alimentos. El motivo también es evitar que el especialista le regañe.
Esto podría parecer una mentira sin importancia, pero aumentan el riesgo de presentar complicaciones. Además, puede atrasar o impedir el objetivo terapéutico deseado, como perder peso o reducir los niveles de glucosa.
3. “Estoy siguiendo la medicación recetada”
Esta mentira puede dificultar el control de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y el asma. Es muy complicado tomar un medicamento para siempre, pero la idea de tu médico puede ser que dejes el tratamiento gradualmente.
Sabemos que a veces resulta molesto recordar tomar las pastillas. En otros casos, puede ser simplemente que te sea imposible afrontar los costos de los medicamentos recetados y prefieres mentir. No lo hagas. Mejor habla con tu médico. Él te puede ayudar a buscar algunas alternativas como:
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Acceder a muestras médicas que él recibe directamente de los laboratorios.
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Cambiar los medicamentos que ahora tienes por otros genéricos y más económicos.