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El pan de muerto es de lo más tradicional en la época de otoño y de Día de Muertos y Halloween, incluso es de los alimentos más esperados de la temporada.
El pan de muerto se puede comer solo con un buen atole de cempasúchil o con alguna bebida de calabaza, también con un café o un chocolate caliente.
Sin embargo, hay quienes lo prefieren relleno, pues el pan se puede abrir y se le puede colocar nutella, nata, mermelada, queso crema, crema para batir, entre otras opciones.
Si eres una persona muy ocupada que no tiene tiempo de hacer todo el pan de muerto desde cero, no te preocupes puedes hacer esta receta sin complicaciones.
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A las piezas de pan de muerto que tengas solo tienes que partirlas a la mitad y untarles a tu gusto el queso crema y la mermelada de zarzamora al gusto.
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Disfruta tu pan con una deliciosa bebida que más te guste.
¿Cuántos tipos de pan de muerto hay?
Sin embargo, hay otras posibilidades, por ejemplo, está el pan que estar cubierto con ajonjolí o de amaranto, hay otros que no tienen sabor a naranja y que no están cubiertos de nada, esos los usan para preparaciones de comida salada, es decir que los pueden usar para preparar hamburguesas y otra receta de ese tipo.
Así que ya sabes que el pan de muerto es la estrella de la temporada, junto con las calabazas, aprovéchalo y disfruta de su delicioso sabor que te hará pensar en no querer dejar de comerlo en estas semanas en lo que llega el Día de Muerto.
Pan de muerto relleno de queso con zarzamora
Ingredientes
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600 g de harina
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90 g de mantequilla
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135 g de azúcar
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200 ml de leche
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2 huevos
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10 g de Sal
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20 g de levadura en polvo
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90 g mantequilla para decorar
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500 g de azúcar para decorar
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1 barra de queso crema
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Mermelada de zarzamora
Preparación
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Coloca la harina en una superficie plana y limpia.
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Añade a la harina la levadura y mezcla bien.
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Agrega el azúcar, la sal y los huevos y comienza a amasar para que se vaya integrando todo.
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Ponle la leche poco a poco conforme veas que la masa lo vaya requiriendo para que no esté seca, ya que esta masa tiene que quedar muy flexible.
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También añade la mantequilla y amasa la mezcla.
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Tienes que amasar durante unos 20 minutos hasta que la masa ya no se pegue en las manos ni en la mesa.
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Agrega la ralladura de naranja y vuelve a mezclar para que se integre.
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Cuando esté lista la masa, engrasa un recipiente, con aceite o manteca vegetal y métela ahí y cúbrela con un trapo húmedo o una bolsa de plástico para que fermente y doble su tamaño. Como tip, ponle también un poco de aceite o manteca encima para que se mantenga hidrata en lo que fermenta.
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Cuando haya crecido la masa está lista para que formes los panes. Divide en 12 bolitas de 80 gramos y colócalas en una charola para horno engrasada con mantequilla.
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Déjalas que reposen un momento en lo que hacemos los huesitos del pan.
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Con el resto de la masa divide 24 porciones de 10 gramos cada una y con esas porciones forma los huesitos del pan: sobre la mesa forma una tira y vela aplastando para que se le hagan los surcos con la forma de tus dedos.
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Con otro pedacito de masa forma las bolitas que tienen que ser pequeñas de acuerdo con el tamaño del pan.
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Antes de colocar las canillas aplasta un poco los panes de las orillas para extender la masa y que se haga una especie de tortita, pero sin aplastar mucho el centro, que ese quede un poco esponjoso.
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Ahora sí coloca los huesitos en el pan.
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Deja que repose en pan otra vez, esta es la segunda fermentación que requiere el pan para que vuelva a crecer.
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Cuando veas que ya aumentó de tamaño están listos para ser horneados.
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El horno tiene que estar precalentado a 180 °C.
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Mete el pan al horno y deja que se cocinen durante unos 15 a 18 minutos.
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Cuando el pan esté listo deja que se enfríe.
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Los otros 90 gramos de mantequilla mételos al microondas durante unos segundos para que se derrita.
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Ahora con una brocha úntale la mantequilla derretida a los panes y en seguida escárchalos de azúcar.
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Luego parte los panes a la mitad y úntales el queso crema y la mermelada de zarzamora.
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