Un nuevo análisis dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública en Estados Unidos descubrió que más de la mitad de las calorías consumidas en el hogar por adultos en provienen de alimentos ultraprocesados.
Los alimentos ultraprocesados contienen sustancias con poco o ningún valor nutricional, como colorantes, emulsionantes, sabores artificiales y edulcorantes. Los ejemplos abarcan una amplia gama de productos, desde papas fritas y perritos calientes hasta comidas preenvasadas. Los investigadores saben desde hace tiempo que una proporción sustancial de la dieta estadounidense proviene de alimentos ultraprocesados, pero no se entiende claramente dónde se consumen esas calorías.
El consumo de grandes cantidades de alimentos ultraprocesados se ha relacionado con enfermedades crónicas (enfermedades cardiovasculares, obesidad, cáncer colorrectal, entre otras). Los nuevos hallazgos sugieren que se necesitan medidas adicionales para promover alternativas más saludables para preparar comidas en casa.
El estudio fue publicado en línea el 5 de diciembre en el Journal of Nutrition.
“La percepción puede ser que la ‘comida basura’ y los alimentos ultraprocesados son equivalentes”, dice Julia Wolfson , PhD, MPP, profesora asociada en el Departamento de Salud Internacional de la Escuela Bloomberg y autora principal del estudio. “Sin embargo, los alimentos ultraprocesados engloban muchos más productos que solo comida basura o comida rápida, incluida la mayoría de los alimentos en el supermercado. La proliferación y ubicuidad de los alimentos ultraprocesados en los estantes de los supermercados está cambiando lo que comemos cuando preparamos comidas en casa «.
Para su análisis, los investigadores utilizaron datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) 2003-2018, una encuesta anual representativa a nivel nacional de más de 34.000 adultos mayores de 20 años.
En dos días distintos, se preguntó a los participantes de NHANES sobre los alimentos que habían consumido en las últimas 24 horas y dónde los habían consumido, en casa o fuera de ella. Utilizando la Clasificación de grupos de alimentos de Nova (un marco bien establecido para agrupar los alimentos según el nivel de procesamiento), los alimentos se asignaron a una de cuatro categorías: 1) sin procesar o mínimamente procesados, 2) ingrediente culinario procesado, 3) procesado, 4) ultraprocesado.
Los investigadores compararon la ingesta de alimentos ultraprocesados con la de alimentos mínimamente procesados. Los alimentos con ingredientes y colorantes artificiales, incluidas muchas comidas rápidas y comidas preenvasadas disponibles en supermercados, se clasificaron como alimentos ultraprocesados. Las frutas, verduras y otros alimentos integrales, incluidos los alimentos congelados y secos sin sal adicional u otros ingredientes, se consideraron alimentos mínimamente procesados.
En general, los alimentos ultraprocesados representaron más de la mitad de todas las calorías consumidas en el hogar, y aumentaron del 51% en 2003 al 54 % en 2018. Los investigadores encontraron solo diferencias menores en las tendencias de consumo de alimentos ultraprocesados en el hogar por sexo, edad, raza/etnia, ingresos y educación durante el período de estudio. El consumo de alimentos ultraprocesados en el hogar fue ligeramente inferior al 50 % en algunos años entre 2003 y 2018 para dos grupos: hispanos y hogares con ingresos más altos. La proporción de calorías en el hogar provenientes de alimentos ultraprocesados nunca cayó por debajo del 49 % para el grupo de altos ingresos o del 47% entre los hispanos.
Alrededor de un tercio de todas las calorías provinieron de comer alimentos fuera de casa. Para aquellos con menos de un diploma de escuela secundaria, el consumo fuera de casa de alimentos ultraprocesados aumentó casi ocho puntos porcentuales, del 59,2% en 2003 al 67,1% en 2018 de todas las calorías consumidas fuera de casa en 2018. Esa proporción rondó el 60% para las personas con un título de escuela secundaria o más.
En general, la proporción de calorías totales provenientes de alimentos mínimamente procesados cayó casi cinco puntos porcentuales, del 33,2 % en 2003 al 28,5 % en 2018, y la ingesta de alimentos mínimamente procesados disminuyó tanto en el hogar como fuera de él en la mayoría de los grupos. Estos resultados, dicen los autores, reflejan los numerosos desafíos que implica adquirir y preparar ingredientes mínimamente procesados y de elaboración casera, como verduras frescas, carne y pescado. Los alimentos ultraprocesados tienden a ser más fáciles y rápidos de preparar, y a menudo son menos costosos y más estables que los ingredientes de elaboración casera.
“Necesitamos estrategias que ayuden a las personas a elegir alimentos menos procesados y evitar los alimentos ultraprocesados nocivos para la salud, tanto para consumir en casa como fuera de ella”, añade Wolfson. “Además, puede ser necesario incluir etiquetas nutricionales que adviertan claramente sobre el alto contenido de alimentos ultraprocesados”.
Los autores señalan que el estudio tiene limitaciones, incluido un posible sesgo de notificación: las personas pueden no informar sobre el consumo de alimentos que consideran que no son buenos para ellas. Los autores también señalan que el período del estudio se produjo antes de la pandemia y no refleja los cambios en el consumo de alimentos en el hogar durante este período.
El estudio fue apoyado por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (#K01DK119166) y el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (R01 HL153178 y T32 HL007024).
