Infiltración, ¿qué es y cuándo debe hacerse?

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Infiltración, ¿qué es y cuándo debe hacerse
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La infiltración es un procedimiento que se puede utilizar en articulaciones, nervios o lesiones que producen dolor prolongado sin mostrar mejoría ante el tratamiento convencional.

El proceso de infiltración consiste en inyectar un medicamento o sustancia en una articulación, nervio, herida u otra zona, para que actúe directamente en esa parte lesionada. Es un método que en la actualidad está en auge, ya que, si se utiliza de manera adecuada, permite solucionar numerosas patologías o aliviar ciertos dolores muy intensos.

Sus aplicaciones son numerosas y los resultados suelen ser duraderos y eficaces. La principal indicación de una infiltración suele ser en articulaciones inflamadas. En estos casos, se inyectan sustancias antiinflamatorias y fármacos que ayudan a reducir la inflamación y a estimular la regeneración del tejido.

Sin embargo, hay muchas personas que creen que este procedimiento es arriesgado. No obstante, se trata de una técnica poco invasiva que suele ser más fácil de sobrellevar que una cirugía u otra técnica. Por ello, en este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre la infiltración.

¿En qué consiste una infiltración?

Como ya hemos mencionado, las infiltraciones son simples inyecciones de sustancias en una zona que se encuentra lesionada, ya sea un nervio, una articulación concreta o una parte blanda, como un tendón o músculo.

La sustancia que se inyecta depende de cuál sea la patología que se quiere tratar. Por ejemplo, en el caso de las lesiones articulares, muchas veces se infiltra colágeno o ácido hialurónico, que parecen estimular la recuperación del tejido.

Del mismo modo, cuando lo que se pretende tratar es una inflamación, se administran fármacos antiinflamatorios como los corticoesteroides. Incluso, se pueden administrar factores de crecimiento o anestésicos.

La idea es que el medicamento, al ir directo a la zona lesionada, permita obtener un resultado más rápido, efectivo y duradero. Al no tener que administrarse por vía oral o intramuscular, se evitan numerosos efectos secundarios sistémicos.

Infiltración, ¿qué es y cuándo debe hacerse

¿Cuándo es necesario infiltrar?

La infiltración está indicada en aquellas enfermedades rebeldes al tratamiento farmacológico y antes de recurrir a otras opciones terapéuticas más agresivas, como puede ser la cirugía.

Se emplea, sobre todo, en patologías de causa reumatológica y traumatológica (artritis, artrosis y condropatías) y, especialmente, para el tratamiento de bursitis, capsulitis, tendinitis y entesitis.  Las articulaciones más infiltradas son:

  • Hombro
  • Codo
  • Rodilla
  • Cadera
  • Pie y la mano
  • Columna (suelen realizarse con anestesistas, guiados mediante escopia para ubicar el correcto lugar de la infiltración).

En algunas ocasiones, durante el acto de la infiltración, se procede a drenar o vaciar el contenido líquido del interior de la articulación. Este procedimiento se conoce como artrocentesis.

¿Cómo se realizan?

Es importante destacar que la infiltración no debe ser la primera opción terapéutica ante una lesión. Por el contrario, lo ideal es que se utilice cuando el paciente no responde al tratamiento convencional o el dolor no remite, como ya hemos mencionado.

En primer lugar, debe desinfectarse la zona donde se vaya a realizar la infiltración. Para ello, se suele utilizar betadine o alcohol. Además, lo ideal es aplicar un anestésico tópico, que permita inyectar la aguja sin dolor.

Después, se realiza la inyección de la aguja en la zona. Por lo general, cuando el lugar a infiltrar no es tan superficial, el médico suele guiarse mediante técnicas como la ecografía, para orientarse de forma adecuada. Una vez situado, se infiltra el medicamento lentamente para que se distribuya de manera uniforme en la lesión.

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