Sin darse cuenta, a veces uno se ancla a ciertos hábitos que afectan a su bienestar ¿Te has planteado alguna vez qué es lo que podrías «soltar» para ser más feliz?
Aunque sentirse alegre todo el tiempo sea un propósito irreal, existen varias estrategias que puedes incorporar a tu día a día para intentar ser más feliz. En concreto, te animamos a identificar determinados hábitos que van mermando tu sensación de bienestar. Tal vez merezca la pena hacer un esfuerzo por reducirlos o, incluso, eliminarlos. Veamos, pues, cuáles son algunos de ellos.
A continuación te hablamos de algunas claves en forma de preguntas. Trata de observarte desde fuera y detecta cómo de presentes se encuentran estas costumbres en tu comportamiento cotidiano.
10 hábitos a los que debes renunciar para ser feliz
1. Deja de lado el “qué dirán”
¿Es tan importante el qué dirán?
Si a menudo te preocupas por las opiniones de los demás, tal vez este sea un buen momento para empezar a relativizar la importancia de los juicios ajenos. Desde luego que escuchar lo que otros piensan llega a ser enriquecedor y sano, pero no por ello las propias ideas carecen de valor.
¿Cómo te sentirías quitándoles un poco de peso a ese montón de comentarios que te rodea?
2. Deja de querer tener razón siempre
¿Es posible tener la razón en todas las situaciones? No. Y si crees que siempre la tienes, estás equivocado.
En relación con la pauta anterior, es posible que en ocasiones encuentres que tu forma de enfocar ciertos aspectos o problemas mejora con las aportaciones de otros. ¿Consideras esto como un ataque o como una oportunidad de aprendizaje?
Si tu técnica es la de alojarte en una continua sensación de amenaza, ¿qué tal si te liberas de ella recibiendo con gratitud los planteamientos que sean diferentes a los tuyos?
3. Identifica tus verdaderas preocupaciones
¿Cuáles son de verdad tus preocupaciones?
¿Sabrías enumerar ahora cuáles son tus fuentes de angustia? Y hecho esto, ¿te atreverías a ordenar de mayor a menor intensidad todos esos asuntos? A continuación, mira la lista que ha elaborado, ¿podrías quedarte con una o dos de las cuestiones que encabezan el ranking? ¿Sería posible aplazar el resto o, incluso, apartarlas del todo?
4. Deja a un lado la inseguridad para ser más feliz
Quizás ante algunas circunstancias concretas, la inseguridad subjetiva que experimentes sea mayor. ¿Reconoces qué detalles son exactamente los que te hacen dudar?
Si es así, ¿sería viable rescatar el recuerdo de contextos similares en los que hayas tenido éxito? Ten en cuenta que, hasta para abordar nuevos retos, los logros previos constituyen una base estable desde la que actuar. Tienes delante de ti la posibilidad de recuperarlos en los momentos en que te asalte la incertidumbre. ¿Te animas?
5. No pretendas controlarlo todo siempre
¿Para qué queremos siempre el control?
A nuestro alrededor son múltiples los acontecimientos que se suceden. Estos serán más o menos cercanos, aunque a veces ni en los más próximos tenemos mucho que hacer o que decir. Por tanto, ¿de verdad crees que querer intervenir en todo te ayuda? ¿Has intentado alguna vez centrarte en tu pequeña parcela, en aquello sobre lo que sí puedes influir? Pruébalo y nos cuentas.
6. Deja de aferrarte al pasado
Traes un pasado repleto de historias, unas más agradables, otros más dolorosas y muchas ya en las que ni te paras a reflexionar. Ahora, recapacita un instante, ¿a día de hoy existe alguna vivencia negativa que, de forma constante, ocupe tu atención? Si esto te está pasando, ¿podrías detenerte a analizar la finalidad de esta rumiación?
Es probable que acabes percibiendo que, una vez realizadas las cavilaciones oportunas, seguir pensando de manera indefinida en ello no hace más que alimentar tu frustración. Entonces, ¿qué tal si “sueltas” ya ese sufrimiento y tratas de fijarte más en los bonitos estímulos del presente?
7. El dinero no lo es todo
¿Es auténtica la satisfacción que obtienes con el dinero?
Por supuesto que el dinero es importante e irremediablemente necesario, pero ¿es tu prioridad número uno o hay alguna otra más “valiosa”? A lo mejor tu respuesta coincide con los hallazgos de los que, además, informa la investigación desarrollada al respecto.
Por ejemplo, el análisis de la encuesta general social coreana realizada entre 2007 y 2009 informa de que la felicidad que refieren los participantes se asocia en mayor medida a objetivos más trascendentes o sociales (amigos, familia) que con los que revisten un carácter más externo (dinero, poder, ocio, rendimiento académico o profesional, etc.). ¿Cómo le ves? ¿Qué hubieras contestado tú?
8. Dile adiós a la ira y el orgullo para ser feliz
Según señala un estudio del Departamento de Psicología Social de la Universidad de Málaga, la propia regulación emocional tiene mucho que ver con el grado de estrés y bienestar que se percibe.
Será natural y hasta saludable que en ocasiones te sientas enfadado o te muestres altivo, ya que son respuestas que favorecen la adaptación al medio en muchos casos. La dificultad viene cuando estas reacciones se perpetúan y acaban invadiendo tus relaciones.
Por tanto, ¿qué te parece, entonces, si a emociones como la ira y el orgullo les das un poco de espacio, pero les acabas limitando la visita?
9. Busca más soluciones que quejas para ser feliz
Los lamentos cumplen su función como vía para expresar y canalizar el malestar y, a su vez, compartirlo. Por eso también llegan a representar un forma indirecta de pedir ayuda a los demás.
¿Eres de los que te instalas en la protesta y te olvidas de buscar remedio a tus inquietudes? Pues ¿sabías que es frecuente que haya más soluciones que problemas? Cualquier día es adecuado para probarlo.
10. No te limites por miedo
¿Hasta qué punto te frenan los miedos?
Como ocurre con otras emociones, el miedo cuenta asimismo con un cometido esencial, que es el de alertar a la persona de los peligros e impulsar la huida para que se proteja.
Sin embargo, ciertos temores son insistentes y se acomodan en nuestra rutina sin demasiado fundamento. Este lastre acaba impidiendo que abordemos desafíos que de verdad nos interesan. ¿Identificas alguno de estos intrusos?
¿Qué costumbres abandonarás para ser feliz?
En este artículo hemos querido revisar algunas cargas que es fácil echarse encima sin una justificación suficiente. Estos hábitos terminan siendo un estorbo en el camino y alteran de modo notable el equilibrio que deseas alcanzar. Así pues, ponte a manos a la obra para despedir a esos molestos inquilinos y si consideras que necesitas ayuda para hacerlo, no dudes en solicitar ayuda profesional. Tienes al alcance tanto la modalidad online como presencial.
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