Dificultad respiratoria, tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo son los síntomas más frecuentes del asma, un trastorno con una gran incidencia a nivel mundial.
Se calcula que el asma afecta aproximadamente a 235 millones de personas.
7 falsos mitos sobre el asma que debes conocer
1. LA ALERGIA Y EL ASMA NO TIENEN NADA QUE VER
Se ha demostrado que hasta el 70% de los pacientes con asma presentan alergia respiratoria asociada al trastorno, afirman en el documento.
- Algunas de las causas más frecuentes que provocan esta reacción alérgica son el polen, los ácaros del polvo, los epitelios de animales (presentes en la piel, la caspa o la saliva) o ciertos hongos ambientales.
- Ante la sospecha de que el asma es de origen alérgico, conviene pedir cita con un alergólogo para acabar de confirmarlo.
2. EL TRATAMIENTO SE USA SOLO ANTE UNA CRISIS
Desde la SEAIC dejan muy claro que el asma es una enfermedad crónica con diferentes tipos de tratamientos.
- Es cierto que los de rescate se dan para aliviar los síntomas de un ataque de asma. Pero otros, conocidos como tratamientos de mantenimiento, no solo tratan los síntomas, sino que también actúan disminuyendo la inflamación asociada al asma.
3. EL ASMA INFANTIL SIEMPRE DESAPARECE AL CRECER
En algunos casos de asma infantil, los síntomas suelen mejorar al llegar a la edad adulta porque la respuesta del sistema inmunológico cambia al crecer. En otros se debe al tratamiento, que puede disminuir totalmente los síntomas del asma alérgico.
- No obstante, en un porcentaje de pacientes el asma vuelve a ‘aparecer’ en la edad adulta y, en otros casos, nunca desaparece.
4. SOLO PERJUDICA A LOS PULMONES
No es así: es una enfermedad sistémica que afecta a todo el organismo, produciendo una tendencia a la inflamación generalizada.
- Dentro de las vías respiratorias, no solo repercute en los bronquios pulmonares: la nariz también puede inflamarse.
5. SI TIENES ASMA, NO DEBES HACER EJERCICIO
Más bien es todo lo contrario: practicar deporte mejora la resistencia respiratoria y la tolerancia a la actividad física.
- El entrenamiento reduce la necesidad de medicación, el absentismo escolar y laboral y la sensación de ahogo por el fortalecimiento de la musculatura torácica.
¿Pero qué pasa cuando el desencadenante del asma es, precisamente, el ejercicio físico? En estos casos, «el uso de un tratamiento adecuado para controlar los síntomas facilita que se pueda hacer deporte.
6. LA ANSIEDAD ES UNA DE SUS CAUSAS
No puede originar el asma, pero sí empeorar los síntomas.
- «La activación del sistema nervioso que produce la ansiedad puede provocar un estímulo reflejo de broncoconstricción y la aparición de tos, sibilancias…», aclaran en el documento.
- Estos síntomas responden bien a la medicación broncodilatadora, lo que ayuda a diferenciar esta ‘falta de aire’ de la que provoca la ansiedad.
7. LA MEDICACIÓN DE RESCATE PUEDE CURAR
Puede aliviar los síntomas, pero no trata la inflamación. Por eso, pasado un tiempo, la disnea, las sibilancias, la opresión en el pecho y la tos pueden volver a aparecer.
- Hay que tener en cuenta, eso sí, que hoy en día puede utilizarse medicación de mantenimiento (que sí tiene efecto antiinflamatorio) también como rescate, que evita o retrasa la aparición de los síntomas. Pero esto no significa que «cure» la enfermedad.
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