¿Audiolibro o libro en papel? Los dos formatos tienen sus ventajas e inconvenientes, aunque el contenido es una de las características que más hay que tener en cuenta a la hora de decidirse a leer por una u otra opción.
Novelas, ensayos, libros de autoayuda, literatura infantil y juvenil, manuales para aprender idiomas, poesía… en los últimos tiempos la oferta de audiolibros ha crecido enormemente.
- 6 de cada 10 encuestados afirman escuchar audio digital habitualmente. Una cifra que ha aumentado desde 2016, cuando tan solo lo hacían 4 de cada 10.
- El 21,7% de quienes consumen este tipo de contenidos elige los audiolibros. Las mujeres los suelen preferir a los hombres, y los escuchan sobre todo por la noche. Ellos, en cambio, eligen las mañanas y las tardes como momentos ideales para disfrutar de un audiolibro.
¿Pero es lo mismo escuchar que leer un libro? ¿Nuestro cerebro procesa igual la información? ¿Hay determinados formatos que pueden entrarnos mejor “por el oído” que otros? Hemos hablado con varios expertos para resolver estas dudas.
LA CAPACIDAD DE ATENCIÓN AL LEER
Una de las principales características en las que debemos fijarnos a la hora de elegir el formato de un libro es, precisamente, el tipo de mensaje que incluye. “El contenido que recibimos a través del sistema visual puede ser más complejo que el que de nivel auditivo.
La diferencia entre ambos es obvia: Con el sistema visual podemos dedicar la atención y el tiempo a los diferentes fragmentos de una manera más guiada. En cambio, el sistema auditivo nos ayuda a percibir, sobre todo el habla, un discurso que suele ser más corto y conciso que el de un texto escrito.
Así, audiolibros tipo novela, donde los diálogos entre personajes emulan el habla, nos son mucho más fáciles. Pero entender un ensayo o un texto científico tan solo escuchándolo puede ser más complicado.
- Nuestra memoria de trabajo debe estar más alerta. Es la que nos ayuda a mantener la información presente (por ejemplo, recordar un número de teléfono que no has podido apuntar) durante un tiempo.
- Nos tenemos que esforzar más para mantener la atención.
LEER O ESCUCHAR, CUESTIÓN DE PRÁCTICA
Pero si al principio te cuesta estar atento a lo que oyes y pierdes el hilo con facilidad, no te desesperes porque lo bueno de nuestro cerebro es que tiene una gran capacidad de adaptación.
Hay un tipo de plasticidad, conocida como crosmodal, que demuestra que un tipo de información puede ser procesada por dos sistemas sensoriales a la vez y que, cuando uno falla, el otro puede tomar las riendas; y, aquí, todo lo que es la experiencia de la persona y el entrenamiento puede facilitar mucho que la función mejore.
CUÁNDO ELEGIR UN AUDIOLIBRO
Esta posibilidad de hacer varias cosas a la vez es uno de los principales puntos fuertes que hacen que los españoles consumamos cada vez más este tipo de historias contadas.
- Según datos de una encuesta de Storytel, un 60% de los usuarios de audiolibros los escuchan de camino al trabajo, y un 54% mientras hacen ejercicio.
- Esto permite aprovechar mejor el poco tiempo que normalmente tenemos y abre la posibilidad de consumir un mayor número de libros y más variados, apuntan desde esta plataforma especializada.
- La ficción es el género estrella, y de entre ella destaca sobre todo la novela negra, con un 44,71% de consumo.
- Le siguen los títulos relacionados con el desarrollo personal y la autoayuda, con un 28,37%.
INCENTIVAN LA LECTURA ‘CONVENCIONAL’
Los audiolibros también pueden acabar despertándonos el «gusanillo» por la lectura de toda la vida.
Es bastante probable que si uno tiene una experiencia de entretenimiento y placer emocional, estético o intelectual al escuchar una obra literaria busque experiencias similares recuperando (o descubriendo) la lectura en papel o en digital.
- Este efecto puede darse tanto en adultos como en niños que se están introduciendo en la lectura.
- Y puede ser útil, también, en caso de padecer trastornos como la dislexia.
Animo a las personas poco habituadas a leer y que dicen que nunca tienen tiempo para sentarse con un libro en las manos a que intenten escuchar obras literarias en su teléfono móvil, cuando van en tren o autobús, o están en una sala de espera.