La ducha puede ser una excelente manera de empezar el día, que nos activa, limpia y nos prepara para la jornada. Esa es la principal baza que apuntan todos aquellos que la han incluido en su rutina de manera tan fija como el café.
En el otro lado están los que ven poco higiénico meterse en la cama con la suciedad acumulada durante el día. Creen que la ducha nocturna es el último y relajante paso antes de irse a la cama.
MÁS RECOMENDABLE UNA DUCHA POR LA NOCHE
Si trabajas en un medio muy sucio, donde hay pintura o moléculas en suspensión, se te adherirán a la piel y no es conveniente que te acuestes con ellas. Igual que si hay mucha contaminación en la ciudad. En esos contextos, sí se recomienda que nos hayamos duchado antes de acostarnos.
EL FACTOR PSICOLÓGICO DE LA DUCHA
Es diferente si hablamos desde el punto de vista psicológico. Hay estudios que recomiendan un momento u otro, porque los dos pueden ser igualmente útiles.
La ducha puede activarnos y mantenernos alertas. En días en que tenemos que estar especialmente atentos y creativos en el trabajo, es más práctico ducharse primero.
A última hora, una ducha cálida puede ayudar a relajarnos, ayudando a equilibrar la temperatura corporal. Por tanto, es buena después de un día complicado. A las personas que tienen problemas de insomnio puede servirles como una de las rutinas utilizadas para conciliar el sueño.
¿CÓMO HA DE SER ESA DUCHA?
El calor hace que la piel se reseque y provoca flacidez. Eso no quiere decir tampoco que nos helemos. El agua fría tiene sus propios beneficios, aunque no hay estudios de cómo actúa y si de verdad es tan saludable como apuntan los que entran con un chorro helado, sea verano o invierno.
- Si se tienen problemas de circulación, por ejemplo personas con varices, es más recomendable el agua algo fría, que sube la tensión y acelera el ritmo cardíaco.
Un ensayo en los Países Bajos también apunta que las personas que se duchan con agua fría 30 segundos diarios consiguen una mejor respuesta del sistema inmune ante las infecciones. Tienen hasta un 30% menos de enfermedades.
¿CUÁNTAS VECES NOS PODEMOS DUCHAR?
Las personas tenemos una protección (la barrera lipídica) que nos defiende del exterior: de la contaminación, de la oxidación, de las bacterias. En esos lípidos vive nuestra microflora. “Si nos lavamos en exceso, agrediremos a esa microflora”.
La solución, si te duchas muy a menudo, es hacerlo sin jabón natural, el que tiene una acidez (pH) 8. Con ese jabón la piel tarda bastante en recuperar su pH.
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