El mal estado de las arterias carótidas compromete la nutrición del cerebro y aumenta el riesgo de un accidente cerebrovascular. ¿Se puede prevenir esta condición?
El sistema cardiovascular es indispensable para el funcionamiento, la nutrición y el mantenimiento de todos los órganos del cuerpo humano. Existen varias patologías que comprometen la salud de las arterias y las venas. ¿Te interesa conocer más acerca de la enfermedad de las arterias carótidas? A continuación te contamos.
Las carótidas son un par de arterias de gran calibre que se sitúan a ambos lados del cuello. Son responsables de suministrar sangre desde la aorta hasta la cara, el cerebro y diversas estructuras craneales. A nivel encefálico, nutren regiones relacionadas con las funciones motoras y sensitivas, así como con el habla, el pensamiento y la personalidad.
¿Qué es la enfermedad de las arterias carótidas?
La enfermedad de las arterias carótidas también es denominada estenosis de la arteria carótida. Se produce cuando existen un estrechamiento o bloqueo de estos vasos sanguíneos.
Por lo general, la oclusión carotídea se origina por la acumulación de colesterol y el depósito de sustancias grasas en las paredes de las carótidas. La formación de placas en los vasos sanguíneos se conoce como aterosclerosis.
El bloqueo vascular reduce el flujo de sangre al cerebro y aumenta el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular isquémico. Este último ocurre ante una oclusión o interrupción total de la irrigación en las carótidas. En este sentido, el cese de flujo de sangre al cerebro deja a las neuronas sin oxígeno y estas mueren.
Síntomas comunes
En la mayoría de los casos, la enfermedad de las arterias carótidas evoluciona lentamente y pasa desapercibida en estadios iniciales. En este sentido, es común que esta condición no genere ningún signo hasta que sea grave.
Durante ambos casos es posible encontrar los siguientes síntomas:
- Debilidad repentina en una extremidad o en la mitad del cuerpo.
- Parálisis de un brazo o de una pierna de un lado del cuerpo.
- Incapacidad para realizar ciertos movimientos.
- Pérdida de la capacidad de coordinación de movimientos.
- Confusión, mareos y dolor de cabeza intenso.
- Pérdida de la sensibilidad en la cara o en el cuerpo.
- Entumecimiento o parestesias en las extremidades.
- Visión borrosa o pérdida total de la visión.
- Dificultad para articular palabras y hablar claramente.
Factores de riesgo
Existe una gran variedad de condiciones que aumentan la probabilidad de padecer enfermedad de las arterias carótidas. La mayoría de los factores de riesgo son similares a los de otras afecciones cardiovasculares, dentro de los cuales se encuentran los siguientes:
- Sedentarismo.
- Sexo masculino.
- Apnea del sueño.
- Diabetes mellitus.
- Hipertensión arterial.
- Obesidad y sobrepeso.
- Ingesta excesiva de alcohol.
- Raza hispana y afroamericana.
- Consumo de tabaco o cigarrillo.
- Edad avanzada (mayores de 65 años).
- Niveles elevados de triglicéridos y colesterol malo (LDL).
- Antecedentes familiares de aterosclerosis y afecciones cardiovasculares.
¿Cómo sé diagnóstica la enfermedad de las arterias carótidas?
La enfermedad de las arterias carótidas es diagnosticada de forma tardía casi siempre, después de experimentar algún tipo de accidente cerebrovascular. En este caso, el estudio detallado de la causa desencadenante da como resultado la identificación de la estenosis carotídea.
De igual forma, durante el examen físico minucioso es posible encontrar ciertos hallazgos que orienten al clínico a sospechar un bloqueo carotídeo. Un signo de esta patología es la percepción de un sonido o soplo anormal, similar a un silbido, durante la auscultación del cuello con el estetoscopio.
Además, el médico especialista suele evaluar lo neurológica, así como las capacidades físicas y mentales. Por otro lado, existen varias pruebas que son de gran utilidad en el diagnóstico de la enfermedad de las arterias carótidas:
- Ultrasonido.
- Angiografía cerebral.
- Resonancia magnética (RM)
- Angiografía por tomografía computarizada (TC).
Tratamiento médico
El tratamiento de la estenosis carotídea está destinado a frenar la evolución y progresión de la enfermedad. El objetivo principal es prevenir el desenlace de un accidente cerebrovascular. El plan terapéutico depende del grado de oclusión y del estado general de la persona.
Ante la detección temprana de esta condición es necesario iniciar con modificaciones en el estilo de vida. En este sentido, se recomienda seguir una dieta saludable, realizar ejercicio, bajar de peso, evitar el consumo de cigarrillos y disminuir la ingesta de sal.
En los casos leves a moderados, el especialista suele indicar medicamentos para controlar la tensión arterial y evitar la formación de placas ateroscleróticas. Además, en personas de edad avanzada se pueden prescribir antiagregantes, como la aspirina, así como anticoagulantes.
Por otro lado, en la enfermedad de las arterias carótidas grave o en personas con antecedentes previos de algún accidente cerebrovascular, se suele indicar la resolución quirúrgica. Las opciones de abordaje son las siguientes:
- Endarterectomía carotídea: es el procedimiento de elección para eliminar el bloqueo de las arterias carótidas. Consiste en el abordaje y disección vascular con el fin de extraer la placa aterosclerótica.
- Angioplastia carotídea con colocación de stent: se utiliza en casos avanzados que no son aptos para la resolución por endarterectomía. Durante el procedimiento se inserta un pequeño balón en el interior del vaso sanguíneo para expandirlo y luego colocar una malla o stent que prevenga el estrechamiento vascular.