Dolor cervical o cervicalgia

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Cuando tenemos un dolor cervical tenemos que tratarlo para que no empeore. Cuida de tu postura al realizar actividades cotidianas. Y, antes de tomar un antiinflamatorio, acude a un especialista.

El dolor de cervicales es uno de los más habituales en lo que se refiere a molestias musculoesqueléticas. Suele aparecer sobre todo al final del día y es causa de mucho sufrimiento.

La presión aparece en la nuca y en la parte posterior de la cabeza. También puede llegar a irradiarse hacia los hombros. Si lo has sufrido, sabrás lo incapacitante que puede llegar a ser. No solo reduce la movilidad, sino que provoca mareos, náuseas y vómitos.

¿Qué es la cervicalgia?

La cervicalgia es una molestia o dolor que afecta a alguna o varias de las estructuras que componen el cuello, entre ellas, los músculos, los nervios, las vértebras y los discos intervertebrales. Puede estar localizada en la parte posterior del cuello o extenderse hacia los lados y también hacia los brazos, cabeza y espalda. Si dura más de tres meses, se considera dolor cervical crónico.

¿Qué causa el dolor cervical?

El dolor cervical se debe a factores musculares o ligamentosos relacionados con una mala postura, a una mala ergonomía, al estrés o a la fatiga muscular crónica. La causa más común de dolor cervical son las lesiones de las partes blandas (músculos o ligamentos), debidas a traumatismos o al deterioro progresivo.

Actividades que llevamos a cabo diariamente al trabajar o en el hogar, como ver la televisión, estar sentados delante de un ordenador o dormir en una mala postura, son a menudo las responsables de que se produzca esta tensión o distensión muscular.

También las caídas y accidentes, sobre todo los de tráfico, pueden causar lesiones cervicales de diversa gravedad, como la fractura de vértebras o el latigazo vertical. El latigazo cervical suele producirse cuando las personas que viajan en un vehículo sufren una contusión lateral o posterior. En esa situación, el cuello se ve sometido a un movimiento de aceleración o flexión, seguido de un segundo movimiento contrario de desaceleración o extensión. Cuando estos dos movimientos se producen bruscamente y a gran velocidad, la musculatura cervical, que no está preparada para ello, se contrae bruscamente y arrastra consigo a la columna cervical, lo que puede causar daños de diferentes grados de severidad.

Así mismo, otras posibles causas del dolor cervical son:

  • Afecciones médicas como la fibromialgia.
  • La artritis cervical o espondilosis.
  • Ruptura de disco (los discos intervertebrales son elementos cartilaginosos llenos de una sustancia gelatinosa que proporciona amortiguación a la columna vertebral).
  • Pequeñas fracturas de la columna, consecuencia de la osteoporosis.
  • Estenosis raquídea (estrechamiento del conducto raquídeo).
  • Esguinces.
  • Diversas infecciones de la columna (osteomielitis, disquitis, absceso).
  • Un cáncer que afecte a la columna.

¿Cuáles son sus síntomas?

Además de dolor en el cuello, se puede sentir entumecimiento, hormigueo o debilidad en el brazo, en los dedos u otras partes del cuerpo. También puede darse dificultad para mover el cuello con normalidad, lo que se conoce como cuello rígido y, en algunos casos, mareos.

Dolor cervical o cervicalgia

10 claves para prevenir y aliviar el dolor cervical

Seguir las siguientes recomendaciones puede ayudarnos a reducir el dolor cervical. Además, dado que el estrés y las malas posturas son las responsables de gran parte de los casos, también es importante aplicar estos consejos, aunque no se sufra dolor, como medidas preventivas:

  • 1. Aprende a relajarte.
    Practicar técnicas de relajación o hacer ejercicio de manera regular puede ayudarte a prevenir el estrés y evitar que se acumule tensión en los músculos del cuello.
  • 2. En la carretera, siempre protegido.
    Recuerda siempre abrocharte el cinturón de seguridad dentro del automóvil y ponerte el casco al ir en moto o bicicleta. De este modo, reduces en gran medida el riesgo de sufrir lesiones cervicales en caso de accidente.
  • 3. Mantén una postura correcta al trabajar.
    Especialmente, al estar frente al ordenador o si trabajas sentado. En este caso, es preferible elegir sillas con respaldo vertical, en las que la espalda esté apoyada en todo momento. Además, la parte superior de la pantalla del ordenador debe estar a la altura de tus ojos, lo que evitará que tengas que levantar o inclinar el cuello.
  • 4. Elige un colchón y almohada adecuados.
    A la hora de dormir, el colchón debe ser lo suficientemente firme; ni demasiado blando ni demasiado duro. El dolor puede mejorar, además, durmiendo sin almohada o utilizando una especial que se adapte al cuello.
  • 5. Suspende la actividad física normal de manera temporal.
    Si sufres dolor cervical, y a fin de reducir la inflamación, durante los primeros días es mejor que no hagas deporte, levantes peso o realices ejercicios que impliquen torcer la espalda o el cuello. Después, reanuda estas actividades habituales pero de manera paulatina y bajo la supervisión de un fisioterapeuta.
  • 6. Aplica calor o hielo en el área dolorida.
    Durante los primeros dos o tres días, aplica frío en la zona afectada y, posteriormente, calor, de manera alterna, pero a intervalos cortos. En cualquiera de los dos casos, no duermas con la almohadilla, manta eléctrica o bolsa de hielo puestas.
  • 7. Trata diariamente la zona con duchas de agua.
    Aprovecha la ducha diaria para arrojar agua a la mayor presión y temperatura posibles sobre el cuello y los hombros durante diez o quince minutos. Los chorros de los jacuzzis también pueden ser una buena opción.
  • 8. Realiza ejercicios de estiramiento del cuello.
    Tras la ducha, dedica cada día otros diez o quince minutos a realizar estiramientos del cuello, siempre de manera suave y lenta, de arriba abajo, de lado a lado y de oreja a oreja. Así mismo, este tipo de estiramientos son especialmente importantes antes y después de realizar ejercicio físico, o para realizar durante algún descanso si trabajamos muchas horas frente al ordenador.
  • 9. Recibe masajes en la zona afectada.
    Una cervicalgia es una buena razón para recurrir a los servicios de un fisioterapeuta. La presión debe ser siempre suave, especialmente en las áreas más sensibles. En todo caso, asegúrate de que se trate de un profesional e infórmale previamente de la dolencia que te ha llevado a su consulta.
  • 10. Consulta al médico o al farmacéutico.
    Si el dolor es muy intenso, acude a tu médico para descartar posibles complicaciones. Así mismo, puedes preguntar a los profesionales sanitarios sobre el uso de analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor y mejorar la capacidad funcional, o sobre la posibilidad de recurrir a relajantes musculares en casos en los que el dolor sea muy intenso, y siempre que su utilización no supere la semana.

También puedes leer: ¿Cuáles son las causas del estreñimiento crónico?

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