El estreñimiento crónico se caracteriza por las deposiciones poco frecuentes o la dificultad para evacuar, lo que se manifiesta durante varias semanas o más.
El estreñimiento suele describirse como una frecuencia de deposiciones inferior a tres veces por semana.
Aunque el estreñimiento ocasional es muy común, algunas personas experimentan estreñimiento crónico que puede interferir en su capacidad de realizar sus tareas diarias. El estreñimiento crónico también puede provocar que las personas hagan demasiada fuerza para defecar.
El tratamiento para el estreñimiento crónico depende, en parte, de la causa subyacente. Sin embargo, en algunos casos no se encuentra nunca una causa
LAS CAUSAS DEL ESTREÑIMIENTO
El estreñimiento no siempre ocurre por tomar poca fibra (aunque es un factor importante), ya que puede haber varios aspectos que promuevan conjuntamente su aparición. Conocer todo lo que puede haber tras ello es el primer paso para saber cómo puedes hacerle frente.
- Una dieta inadecuada. En muchos casos lo que está tras el estreñimiento es una alimentación rica en grasas (que inhibe los movimientos gástricos) o que no aporta suficiente fibra (lo que perjudica al tránsito intestinal).
- La hidratación también influye. No tomar suficiente agua puede hacer que el aparato digestivo no esté todo lo lubricado que debería, lo que hace que las heces se endurezcan y, por ello, contribuye a que el esfuerzo al defecar sea todavía mayor.
- El sedentarismo. Para que las heces avancen hasta el recto, el intestino debe contraerse. El abdomen también debe hacerlo en el momento de la evacuación. En cambio, hacer ejercicio ayuda tanto a movilizar la musculatura de esta zona y mejorar el tránsito intestinal como a evitar el sobrepeso, que también se relaciona con el estreñimiento.
- Desajustes horarios. Cuando se inhiben las ganas de ir al baño (porque estamos fuera de casa, en el trabajo…) el ano se contrae. Si pospones a menudo ese momento, el ano puede “acostumbrarse” a contraerse en lugar de relajarse (que es lo que debe ocurrir) ante el estímulo de defecar. Además, el hecho de retrasar la evacuación facilita que las heces se endurezcan, lo que dificulta luego su expulsión.
- Determinados fármacos (antiinflamatorios, antitusivos, antiácidos, ansiolíticos, diuréticos…) o suplementos (por ejemplo el hierro) tomados de forma habitual pueden causarlo.
- Enfermedades. La diabetes, el hipotiroidismo, la insuficiencia cardiaca o renal, haber sufrido un ictus o padecer una enfermedad del aparato digestivo pueden favorecer el estreñimiento crónico.
Síntomas
Entre los signos y síntomas del estreñimiento crónico se incluyen los siguientes:
- Defecar menos de tres veces por semana.
- Tener heces grumosas o duras.
- Hacer esfuerzo para defecar.
- Sentir como si tuvieras una obstrucción en el recto que evita que puedas defecar.
- Sentir como si no pudieras vaciar completamente el recto.
- Necesitar ayuda para vaciar el recto, como usar las manos para presionar tu abdomen y usar un dedo para quitarte las heces del recto.
El estreñimiento puede considerarse crónico si tuviste dos o más de estos síntomas durante los últimos tres meses.
¿Cómo se puede prevenir el estreñimiento?
- Acostúmbrese a beber gran cantidad de líquidos durante y entre las comidas, por lo menos de 3 a 5 vasos extra de agua por día, especialmente por las mañanas.
- Como mínimo se debe beber un litro y medio de agua al día.
- Agregue a su dieta frutas con piel, verduras, preferentemente crudas y alimentos ricos en fibra (hortalizas, pan integral…).
- Coma despacio y mastique bien los alimentos.
- Aumente su actividad diaria, incluyendo caminar mínimo 30 minutos diarios u otra forma de ejercicio.
- Fije un tiempo cada día que sea tranquilo e ininterrumpido para ir al baño. Trate de evacuar cuando sienta la necesidad.
Cuándo debes consultar a un médico
Programa una cita médica con tu médico si presentas cambios inexplicables y persistentes en tus hábitos intestinales.