La avena ha ganado terreno como una gran opción para el desayuno sobre otros alimentos. No es para menos, se ha comprobado que ayuda a prevenir y mitigar el riesgo de padecer algunas enfermedades además de aportar nutrientes importantes.
Sin embargo, algunas investigaciones apuntan a que hay opciones que podrían traer más beneficios.
En 2017 científicos seleccionaron a 50 personas para comprobar qué impacto tenían el consumo de avena y huevos en la dieta. Los participantes fueron asignados aleatoriamente para consumir dos huevos cocidos o un paquete de avena al día para el desayuno durante cuatro semanas.
¿Avena o huevo? Descubre cuál es el mejor desayuno
Ambas desayunos fueron nivelados para que cada grupo obtuviera aproximadamente 340 kilocalorías.
Descubrieron que si bien comer huevos aumentó los niveles de colesterol LDL (malo), también lo hicieron los niveles de HDL (es decir, colesterol bueno). Al incrementar de manera similar, la relación entre ellos no cambió. Esto es importante debido a que la medición de uno respecto al otro se usa para predecir el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV).
Bajo este sentido, los investigadores concluyeron que comer huevos no aumentó el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
A la par, ayudó a que los participantes se sintieran más llenos en comparación con un desayuno de avena. Esto se asoció a una reducción significativa en los niveles de grenetina, mejor conocida como la hormona del hambre.
Los análisis también mostraron que comer dos huevos en el desayuno aumentó la ingesta de proteínas y grasas durante el día, pero no afectó la cantidad total de calorías consumidas ni el peso corporal.
De hecho, se ha encontrado evidencia de que las dietas ricas en proteínas ayudan a quemar más energía y pueden llevar a una pérdida de peso. Según un estudio con personas sanas, aquellas que consumieron más proteínas y una cantidad constante de carbohidratos tenían menos apetito.
¿Y si no desayuno?
La frase “el desayuno es la comida más importante del día” ya es un cliché, sin embargo, no por eso deja de ser cierta.
Un estudio publicado en abril de 2023 advierte que, aunque se ha vuelto popular saltarse esta comida con el ayuno intermitente, el limitar los alimentos por tiempo prolongado puede tener efectos negativos en el cuerpo como afectar su ritmo circadiano, la sensibilidad a la insulina y la absorción de glucosa.
Además, al no desayunar, el cuerpo comienza a descomponer proteínas del músculo para obtener energía. Por otro lado, en el caso de quienes postergan su primer alimento hasta el mediodía, es probable que sientan más hambre, lo que además de incentivar mayor ingesta de alimentos, impacta la quema de energía.
Aunque aún falta mucho por saber, las investigaciones señalan que desayunar temprano puede ayudar no solo a la pérdida de peso sino también a controlar mejor el azúcar en la sangre.