La decisión de colocar una prótesis de rodilla se basa en criterios como el dolor que sufre el paciente. Un estudio sugiere que para la artrosis de rodilla, hay que analizar el movimiento y tener en cuenta la edad o el IMC son criterios más objetivos para decidir si conviene operar o no.
En la artrosis de rodilla, el mismo tratamiento no sirve para todos. ¿Cómo saber cuándo es mejor optar por una terapia conservadora que alivie el dolor o cuándo pasar por el quirófano para colocar una prótesis de rodilla?
LOS SÍNTOMAS DE LA ARTROSIS DE RODILLA
La artrosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por el desgaste del cartílago articular. Con los años, todos acabamos sufriendo cierto grado de artrosis.
El problema se presenta cuando el deterioro es avanzado y, sobre todo, cuando provoca síntomas como dolor, rigidez y pérdida de movilidad. Si la artrosis no provoca síntomas, no requiere ningún tipo de intervención.
La prevalencia es tres veces mayor en mujeres que en hombres, y la edad y el sobrepeso son los principales factores de riesgo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
CÓMO SE TRATA AHORA LA ARTROSIS
A día de hoy, no existe un tratamiento que regenere el cartílago de las rodillas deterioradas por la artrosis.
La solución para las personas que sufren esta enfermedad y les provoca dolor y dificultad al caminar o subir escaleras pasa por tratamientos conservadores que intentan limitar el dolor y mejorar la función de la articulación, o por tratamientos que implican pasar por el quirófano para un reemplazo total de rodilla (prótesis de rodilla).
EN QUÉ CASOS HAY QUE PONER PRÓTESIS
Definir con criterios objetivos quien necesita una prótesis de rodilla o quien se beneficiaría más de utilizar un tratamiento conservador, no es fácil.
Cada persona es única y en la degradación del cartílago pueden influir el estilo de vida y la biomecánica del cuerpo, entre muchas otras cosas.
Incluso la forma de percibir el dolor y cómo se vive ese dolor, hará que dos pacientes con grados de artrosis aparentemente similares prefieran distintos tratamientos.
Tratar una articulación y tratar el dolor que se percibe pueden llegar a ser dos cosas muy diferentes, y vale la pena intentar descifrar de la forma más objetiva posible si el remplazo total de rodilla es preferible a un tratamiento conservador.
EL EXAMEN PARA SABER CÓMO ESTÁ LA RODILLA
Algunas variables relacionadas con el movimiento y la edad son buenos indicadores para tomar la decisión de recibir una prótesis o no.
- Analizar el movimiento. Aquellos pacientes que daban un paso más lentamente, pasaban más tiempo con los dos pies en tierra y cuya velocidad era más baja, fueron a los que más frecuentemente se indicó un reemplazo de rodilla.
Así pues, el análisis del movimiento podría ser una herramienta muy útil para los médicos a la hora de decidir un tratamiento u otro y no tendrían que basarse tanto el dolor que siente la persona a la hora de decidir.
- La edad. Los resultados del estudio también muestran que la edad debe tenerse en cuenta. En los grupos jóvenes, aquellos que necesitarían una prótesis tardan mucho más en dar un paso que a los que se indica un tratamiento conservador. Sin embargo, esa diferencia se atenúa en los grupos de más edad.
En cuanto al peso, un IMC elevado empeora siempre el pronóstico de la artrosis de rodilla y acelera la degradación del cartílago. En una persona obesa el deterioro articular avanza más rápido y seguramente se hace más necesario el reemplazo de la articulación, aunque el consejo sería siempre perder peso.
También puedes leer: Datos que no conocías sobre la Enfermedad de Crohn