La tendencia de comer una dieta muy limitada centrada en alimentos «limpios y virtuosos» nació de un grupo de blogueros de bienestar y expertos, pero sus filosofías se han convertido cada vez más en la corriente principal.
Actualmente hay más de 48 millones de publicaciones en Instagram con el hashtag «#cleaneating» y el veganismo aumentó en un 40% en 2020. Mientras tanto, el ayuno intermitente, como en la dieta 5: 2, y los tés detox, que afirman «limpiar el sistema digestivo usando hierbas naturales» nunca han sido tan populares.
Aparentemente, la tendencia de la «alimentación limpia» se comercializa en torno a la salud, pero los expertos argumentan que la alimentación restrictiva pseudocientífica puede ser psicológica y nutricionalmente dañina, una forma de alimentación desordenada.
¿A quiénes afecta?
La tendencia es predominante entre las mujeres en la adolescencia y los 20, pero las mujeres y los hombres mayores también se ven afectados. También se asocia con usuarios frecuentes de redes sociales, que comparten hábitos alimenticios en línea.
Si bien algunas personas influyentes comen dietas restringidas debido a problemas de salud, muchos evitan el gluten, los lácteos, el azúcar y la carne sin ningún motivo médico, lo que influye en sus seguidores para que sigan su ejemplo. En consecuencia, las personas se autodiagnostican afecciones como la intolerancia al gluten porque el pan les provoca hinchazón, cuando simplemente comen demasiado pan.
A diferencia de la anorexia o la bulimia, la «alimentación sana» generalmente se considera socialmente aceptable, por lo que alguien que diga que está tratando de estar saludable no será juzgado de la misma manera que alguien que reduzca las calorías en nombre de la pérdida de peso.
¿Es un desorden alimenticio?
Los expertos definen los trastornos alimentarios como «una enfermedad mental grave que puede afectar a alguien física, psicológica y socialmente», y la «ortorexia», una fijación con una alimentación saludable que se centra en la calidad y pureza de los alimentos, ciertamente entra en esa categoría.
En comparación con la anorexia y la bulimia, los ortóxicos muestran comportamientos obsesivos similares, pero tienden a fijarse en la calidad de los alimentos en lugar de restringirlos o purgarlos. Sin embargo, las consecuencias (es decir, la pérdida de peso) suelen ser las mismas.
¿Cuáles son los problemas de salud?
La pérdida de peso extrema puede causar problemas de fertilidad y adelgazamiento del cabello. Los tés de desintoxicación, aunque están bien si se consumen correctamente, pueden afectar en exceso la función intestinal normal. Psicológicamente, etiquetar los alimentos como «sucios» y «limpios» alimenta comportamientos obsesivos, incluidos ciclos de atracones y culpa, que también son signos de un trastorno alimentario. También puede conducir a sentimientos de aislamiento, si se evitan situaciones sociales relacionadas con la comida. Eliminar grupos de alimentos enteros está relacionado con problemas de salud a largo plazo.
Varios estudios han hallado que el 20% de las personas de 18 a 35 años han reducido su consumo de lácteos, lo cual enfatiza que la alimentación restrictiva puede afectar la masa ósea. Además, una dieta sin gluten o baja en gluten puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 hasta en un 13%, según un estudio de la Universidad de Harvard. Esto se debe a que quienes evitan el gluten consumen menos fibra de cereales (que se encuentra en el pan integral), una sustancia que ayuda a proteger contra la diabetes.
¿Existe un camino intermedio?
Es absolutamente posible llevar una dieta vegana y mantenerse saludable, con suplementos y una nutrición adecuada. Del mismo modo, para las personas con una alergia alimentaria diagnosticada médicamente, por ejemplo, los lácteos, la elección de alternativas no lácteas evitará calambres graves, hinchazón y problemas digestivos. Sin embargo, si usted o alguien cercano a usted evita los principales grupos de alimentos, etiqueta los alimentos como «sucios» o «malos» y se aísla como consecuencia, esos comportamientos pueden ser signos de un trastorno alimentario.
En este caso, el primer paso es pedir ayuda a su médico de cabecera.
