La distimia es una forma de depresión más leve, pero de larga duración. También se la conoce como trastorno depresivo persistente. Las personas con esta afección también pueden tener episodios de depresión mayor en algunas ocasiones.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta a su cuerpo, ánimo y pensamientos. Afecta la manera de comer y dormir, pensar sobre las cosas, y sentir sobre uno mismo. No es lo mismo que ser infeliz o estar «triste». No es un signo de debilidad o algo que se pueda desear o hacer que desaparezca por voluntad propia. Las personas con depresión no pueden «salir de ella» y reponerse. El tratamiento es clave para la recuperación.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA DISTIMIA?
Las causas de la distimia pueden ser diversas. No se conoce una causa única o exacta:
- Procesos químicos del cerebro: estos pacientes no suelen presentar anomalías en su actividad cerebral, pero su respuesta parcial a algunos antidepresivos sostiene la existencia de alteraciones en la transmisión neuronal.
- Herencia: la distimia es más común en pacientes cuyos familiares también la sufran, lo que parece apoyarse en una influencia del entorno más que en una carga genética.
- Sucesos de la vida: son una constante en estos pacientes. Puede que acontecimientos traumáticos (pérdida de seres queridos, problemas de dinero o altos niveles de estrés mantenido), puedan provocar distimia.
Algunos estudios han encontrado que más del 75% de afectados por distimia padecen otra patología crónica.
SÍNTOMAS DE LA DISTIMIA
Aunque comparte características con la depresión mayor o DM (estado de ánimo triste, llanto, irritabilidad, etc.) cuenta con síntomas menos intensos, así como de otras características que la diferencian de aquella:
- Empeora por la tarde y no por la mañana, como la DM.
- Existe insomnio de conciliación y no despertar precoz, como en la DM.
- Puede aparecer incremento de la ingesta alimentaria. La DM cursa con anorexia y pérdida de peso.
- Aunque pueden no apetecerle a priori, mantiene la capacidad para disfrutar de actividades placenteras, lo que no ocurre en la DM (anhedonia).
- Suele disminuir su interés por las actividades cotidianas, pero, aunque sea con una merma del rendimiento, se mantiene su impulso para hacer las cosas, a diferencia de lo que ocurre en la DM en la que el paciente es incapaz de hacer nada (anergia).
Es frecuente que presenten también fatigabilidad, sentimientos de vacío, dificultad para concentrarse, sentimientos de culpa y rumiaciones sobre errores del pasado. Suelen mostrar una actitud persistentemente pesimista, así como sentimientos de desesperanza y un mal concepto de sí mismos. Sus quejas frecuentes e irritabilidad suelen provocar el rechazo de su entorno, lo que incrementa su aislamiento.
Es característico que el paciente interprete sus síntomas como una parte consustancial de la vida, como algo normal. Sólo perciben su anomalía cuando se comparan con otras personas que pueden disfrutar intensamente o relacionarse con los demás sin conflictos.
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