La mala circulación es un trastorno habitual que puede traer muchas consecuencias negativas a la salud. Por eso debemos prestar atención a las señales que nos ofrece el cuerpo para tratar el problema lo antes posible.
¿Cómo saber si sufrimos mala circulación? El cuerpo debe trabajar a diario para distribuir la sangre a través de las venas y las arterias. De esta manera los órganos funcionan como corresponde, se reparten los nutrientes y las hormonas y se regula el pH.
Cuando hay mala circulación ciertas partes del organismo no reciben plasma sanguíneo como corresponde. Algunos hábitos como fumar o ser sedentario y ciertas condiciones como el embarazo o el sobrepeso aumentan las posibilidades de padecer este problema.
Síntomas visibles de una mala circulación
Frío en las extremidades
Como la sangre no llega a los pies y las manos estos pierden temperatura. Por eso están fríos tanto en invierno como en verano.
Manchas en la piel
Los cambios de color y las manchas en las extremidades también son otra señal de mala circulación. También se debe a que la sangre no fluye como corresponde.
- Prestá atención a las manchas rojas o moradas en los pies o en las pantorrillas.
- La piel decolorada es signo de que la sangre y el oxígeno no está pasando adecuadamente por las venas.
- Este síntoma se conoce con el nombre de “cianosis”. Los dedos toman un aspecto magullado o azulado.
Hinchazón
Una circulación sanguínea deficiente interfiere en los riñones y trae como consecuencia inflamación en ciertas partes del cuerpo.
Si notás las manos o los pies hinchados es porque el sistema circulatorio está intentando reducir el fluido y, en el proceso, provoca edemas.
Hormigueo y picor
El entumecimiento de las extremidades también es otro signo que no podemos dejar de lado.
Esto sucede cuando los depósitos de grasa bloquean el flujo sanguíneo de las arterias. El adormecimiento es sinónimo de poca sangre en la zona.
Pérdida de cabello y uñas débiles
Si bien pueden ser síntoma de otros problemas, como el estrés o la mala alimentación, también pueden deberse a la mala circulación.
En este caso el pelo estará seco y se caerá por sectores y las uñas se quebrarán fácilmente, o no crecerán, ya que el cuerpo no recibe la cantidad adecuada de nutrientes en el cuero cabelludo ni en manos o pies.
Várices
Cuando las válvulas que se encargan de bombear la sangre se debilitan, la presión aumenta. Esto hace que las venas ubicadas debajo de la superficie de la piel se hinchen y tuerzan.
- Las várices aparecen cerca de los pies y los tobillos. Además, se puede experimentar picor por las noches, después de estar sentado todo el día.
- Las “arañas” vasculares también pueden aparecer por problemas circulatorios. De menor tamaño y grosor que las várices, se producen en la capa más superficial de la piel y son de color rojizo o azulado.
Agotamiento
Al no repartir correctamente los nutrientes por todo el cuerpo nos sentimos desganados y sin fuerzas. La sangre bombea más despacio y el transporte de oxígeno hacia los músculos (y el cerebro) es más lento.
Por lo tanto, es habitual que estemos más cansados, que nos pese el cuerpo, que nos cueste realizar ciertas actividades, etc.
Digestión lenta
Si tras varias horas después de comer (aunque no hayan sido cenas o almuerzos copiosos) sentimos pesadez estomacal puede deberse también a la mala circulación.
Lo mismo si padecés acidez, estreñimiento y gases con frecuencia. Prestá atención a las evacuaciones, si son menos frecuentes, porque puede ser que la sangre no esté bombeando como corresponde a los intestinos.
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