Walmart dio un paso en su historia global al incursionar como patrocinador oficial de un recinto deportivo. Con la inauguración del Walmart Park, la compañía no solo debuta como patrocinador de un equipo deportivo —los Sultanes de Monterrey—, sino que también se convierte en el primer retailer en México en asociar su nombre a un estadio.
La estrategia detrás de esta alianza comercial no es menor. Se trata de un movimiento que busca fortalecer la presencia emocional y comercial de Walmart entre los consumidores regiomontanos, al mismo tiempo que impulsa una narrativa de cercanía y compromiso con la comunidad.
Durante la presentación de Walmart Park y el corte inaugural del listón, Edmundo Delgado, Vicepresidente de Walmart Express y Walmart Supercenter, destacó el alcance de esta alianza que convierte a la marca en el primer autoservicio “en generar un vínculo sólido con el deporte”.
Por su parte, Willie González, Vicepresidente Ejecutivo de los Sultanes, destacó: “Estamos orgullosos y contentos, nos vestimos de gala. Walmart es el líder del mercado minoritario en el mundo. Esto es como poner un cuarto al bat, que resulta ser el mejor cuarto bat del mundo”.
¿Cómo nació la idea del Walmart Park?
El patrocinio del estadio se inserta dentro de una tendencia creciente de retailtainment, en la que las marcas no solo venden productos, sino que ofrecen experiencias completas. Walmart Park es, en este sentido, un nuevo punto de contacto entre el retailer y sus consumidores, ahora desde una perspectiva lúdica y emocional. Esta jugada también posiciona a la compañía como una marca que busca evolucionar en su vínculo con los consumidores.
Al abundar sobre el origen de esta, Alejandra Buenrostro señaló que inició al escuchar a las clientas y clientes de Walmart. “Walmart México tiene un gran compromiso con la comunidad […] y al escucharlos, entendimos que están interesados en deportes, entretenimiento y nuevas experiencias. Era importante estar presentes en esos lugares”.
La decisión de establecer esta alianza en Monterrey responde a un contexto cultural claro: el béisbol en Nuevo León es un deporte profundamente arraigado, y los Sultanes simbolizan esa conexión emocional.
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