
Con una relación que fue inicialmente cercana y se convirtió en intercambio de ataques directos en redes sociales, el vínculo entre Donald Trump y Elon Musk se quebró tras el desacuerdo por una ambiciosa ley fiscal, marcando una de las rupturas políticas más explosivas de 2025. A continuación, una reconstrucción imparcial del conflicto y sus implicaciones.
Origen de la alianza
Durante la campaña de 2024, Musk respaldó públicamente a Trump, incluso tras el atentado en Pensilvania el 13 de julio, calificando su recuperación como “un acto de liderazgo”. En agosto, ambos protagonizaron una transmisión conjunta en X, lo que consolidó una cercanía política y mediática. Tras la victoria electoral de Trump, Musk fue nombrado copresidente del recién creado «Department of Government Efficiency» (DOGE), con acceso frecuente al Despacho Oval.
El detonante: la ley fiscal “Big, Beautiful Bill”
El quiebre comenzó el 30 de mayo, cuando Musk calificó ese paquete presupuestario como una “abominación repugnante” en X, alegando que incrementaba el déficit, recortaba subsidios a energías limpias y recortaba programas clave. Este cuestionamiento público erosionó la confianza de Trump y provocó que Musk renunciara a su rol menos de una semana después.
Escalada pública y resignación de Musk
El 3 de junio, Musk intensificó sus críticas exhibiendo en X antiguas publicaciones de Trump donde abogaba por la responsabilidad fiscal, lo que generó un choque directo con la agenda republicana.
Entre el 5 y 6 de junio estalló una guerra de tuits:
-
Trump acusó a Musk de “volverse loco”, amenazó con rescindir subsidios federales y contratos a SpaceX y Tesla.
-
Musk respondió mencionando a Trump en los archivos de Jeffrey Epstein y sugirió un proceso de destitución (impeachment).
-
Musk también advirtió que los aranceles de Trump provocarían una recesión.
-
Ante la amenaza de perder contratos de la NASA, Musk retractó temporalmente la idea de desmantelar la cápsula Dragon de SpaceX.
Repercusiones económicas
La tensión se reflejó en los mercados: Tesla cayó alrededor del 14 %, mientras que Trump Media & Technology perdió cerca de 8 %, revocando cientos de miles de millones al valor de mercado de ambas compañías. También se dispararon las apuestas a la baja en opciones put sobre Tesla.
Amenazas y resistencia política
Trump lanzó advertencias contundentes: cancelaría subsidios y amenazó “muy graves consecuencias” si Musk apoya a candidatos demócratas en 2026. Musk, por su parte, impulsó encuestas en X sobre la creación de un nuevo partido centrado.
Intervención de aliados y medios
Steve Bannon encabezó ataques mediáticos contra Musk, calificándolo de “tecno bro” desconectado y acusándolo de fraude.
La Casa Blanca, a través de Karoline Leavitt, calificó la acusación contra Trump en archivos de Epstein como “episodio desafortunado”.
¿Reconciliación o distanciamiento definitivo?
El 6 de junio, Trump declaró que Musk “perdió la cabeza”, no piensa hablar con él y afirmó que no planea reconciliación. Musk, por su parte, tras retractarse parcialmente, mantuvo su postura crítica y continuó insinuando posibles acciones políticas, incluida formación de un nuevo partido.
Implicaciones políticas y sociales
Este enfrentamiento destaca la convergencia entre política, finanzas y redes sociales, y plantea preguntas sobre los límites del apoyo empresarial en gobiernos. También expone cómo una disputa personal puede tradujirse en decisiones que afectan inversiones, empleo y contratos estatales.
Perspectivas a futuro
-
Trump sigue firme en su postura, aplicando presión económica.
-
Musk contempla opciones políticas alternativas y mantendrá acciones públicas.
-
Los próximos meses definirán el impacto estratégico: ¿continuará el golpe financiero a las empresas de Musk? ¿permitirá Trump alguna reapertura?
-
También hay dudas sobre si este conflicto puede fracturar el apoyo multimillonario al MAGA o redirigir a Musk hacia una vía independiente.