
La ruptura más inesperada de la política y la tecnología en EE.UU.
Donald Trump y Elon Musk, quienes hasta hace poco mantenían una cercana y poderosa alianza, han desatado una guerra pública cargada de acusaciones, insultos y amenazas. Todo comenzó cuando Musk criticó severamente el ambicioso proyecto presupuestario impulsado por la administración Trump, lo que derivó en un choque frontal que podría tener consecuencias económicas y políticas a gran escala.
El presupuesto que lo cambió todo
El detonante fue el llamado «Big, Beautiful Bill», un proyecto de ley que propone recortes fiscales masivos, más gasto en defensa y control migratorio. Musk no solo lo calificó como una “abominación repugnante”, sino que alertó sobre su impacto en el ya abultado déficit estadounidense. El empresario denunció que se aprobó de forma apresurada y sin transparencia, y aseguró que ni él ni muchos legisladores tuvieron tiempo de analizarlo.
Un cruce de amenazas y acusaciones sin precedentes
En respuesta, Trump recurrió a Truth Social para acusar a Musk de «haber perdido la cabeza» y amenazó con eliminar subsidios y contratos gubernamentales a sus empresas. Musk contraatacó afirmando que sin su apoyo Trump no habría ganado las elecciones, que ahora sufre de “ingratitud” y que aparece en los archivos del caso Epstein.
¿Qué está en juego?
La tensión escaló rápidamente. Musk insinuó que SpaceX comenzaría a desmantelar su cápsula Dragon, desarrollada con apoyo de la NASA y esencial para las misiones a la Estación Espacial Internacional. También compartió mensajes que pedían reemplazar a Trump por JD Vance y cuestionó la credibilidad del presidente en temas de política fiscal.
Una relación rota y sus efectos colaterales
Durante su breve gestión como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), Musk implementó medidas de austeridad que, según sus cálculos, ahorraron más de 175 mil millones de dólares. También fue uno de los mayores financiadores de la campaña de Trump, aportando más de 280 millones de dólares.
Time to drop the really big bomb:@realDonaldTrump is in the Epstein files. That is the real reason they have not been made public.
Have a nice day, DJT!
— Elon Musk (@elonmusk) June 5, 2025
Sin embargo, tras la ruptura, ambos actores parecen dispuestos a destruir los puentes construidos. Trump asegura que Musk lo traicionó; Musk afirma que el presidente actúa por venganza personal tras rechazos internos, como la eliminación de créditos para vehículos eléctricos o el rechazo a su candidato para dirigir la NASA.
¿Hacia dónde va esta disputa?
Más allá del escándalo mediático, la pelea podría afectar a proyectos clave del gobierno federal que dependen de las empresas de Musk, como contratos clasificados con el Departamento de Defensa o el funcionamiento de Starlink. Además, pone en entredicho la estabilidad de políticas que, hasta ahora, contaban con el respaldo del sector privado.
En el Congreso, no está claro si la postura de Musk influirá en la aprobación final del presupuesto. Lo que sí es evidente es que la ruptura entre dos de las figuras más influyentes de EE.UU. marca un antes y un después en la relación entre el poder político y el poder tecnológico.
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