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Cuando Donald Trump anunció la gold card, una visa de residencia permanente para quienes puedan pagar cinco millones de dólares, lo hizo con su característico tono: promesas de grandeza, retórica nacionalista y la insistencia en que Estados Unidos solo debe recibir a los “mejores”. Pero detrás de su propuesta no hay un plan económico bien estructurado ni una estrategia migratoria funcional. Lo que hay es un mensaje claro: la residencia estadounidense está en venta, y solo quienes puedan pagarla son bienvenidos.
Para México y América Latina, la iniciativa tiene implicaciones profundas. En un momento en que la migración de mexicanos hacia Estados Unidos está en niveles históricos —no solo por factores económicos, sino por violencia y falta de oportunidades—, Trump plantea un modelo donde la puerta se abre de par en par para las élites económicas, mientras que se refuerzan las restricciones para todos los demás.
¿Qué es la «gold card» de residencia que anunció Trump?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su Gobierno lanzará una “tarjeta dorada” (“gold card”, en inglés) para extranjeros adinerados, que les otorgará el derecho a vivir y trabajar en el país, así como un camino a la ciudadanía por un precio de US$ 5 millones.
Trump equiparó el nuevo programa de visado a las tarjetas de residencia permanente, ampliamente conocidas como “green card”, pero enfatizó que está destinado a “personas adineradas”.
El programa del presidente para atraer a extranjeros millonarios a Estados Unidos llega en medio de las duras medidas contra la inmigración indocumentada en el país, que van desde redadas hasta los intentos del propio mandatario de poner fin al derecho constitucional de la ciudadanía por nacimiento, que hasta el momento los tribunales han bloqueado.
Las diferencias entre la tarjeta dorada y la visa EB-5
La “gold card” o tarjeta dorada reemplazará al programa de visas de inversionista inmigrante EB-5 del Gobierno, según el secretario de Comercio, Howard Lutnick.
Creado por el Congreso en 1992, el programa EB-5 permite a los inversores extranjeros invertir dinero en proyectos estadounidenses que crean empleos y luego solicitar visas para migrar a EE.UU.
La visa EB-5, al igual que la tarjeta dorada que anunció Trump, también puede otorgar “green cards” a extranjeros inversionistas.
Bajo este programa, los inversionistas (y sus cónyuges e hijos solteros menores de 21 años) son elegibles para solicitar la residencia permanente si cumplen con los siguientes requisitos, según el sitio web de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés):
- Realizar una inversión mínima de al menos US$ 1,05 millones u US$ 800.000 en zonas económicamente deprimidas llamadas áreas de empleo objetivo
- Planear la creación o conservación de 10 empleos permanentes para trabajadores estadounidenses calificados.
Hay un límite de visas EB-5 que se entregan por año: 15.000 para 2025, repartidas entre el inversionista y su familia. En el año fiscal de 2024, este tipo de visas ya se habían agotado. Además, existe un límite por país de origen pues se entregan unas 700 (por país). Países como China e India tienen lista de espera de varios años.
La “tarjeta dorada” de Trump permitiría esencialmente a los extranjeros adinerados pagar una tarifa de US$ 5 millones para conseguir su camino hacia la ciudadanía estadounidense. Hasta el momento, no está claro cómo funcionará el plan y el presidente aseguró que se conocerán los detalles más adelante.
Durante el anuncio, Lutnick dijo que los inversionistas “tendrán que pasar por un proceso de verificación, por supuesto” con la intención de “asegurarse de que sean ciudadanos globales maravillosos de clase mundial”.