La ortosomnia es una preocupación excesiva por dormir bien que acaba restando calidad al sueño. Esta inquietud puede generar ansiedad y, como consecuencia, alterar de forma significativa nuestro descanso.
Da igual cuando leas esto: la obsesión es mala acompañante sea la situación que sea. Obcecarse con algo es especialmente dañino cuando es nuestra propia salud la que está en juego. Y para gozar de buena salud, tanto física como mental, tener un sueño de calidad es un factor clave. El problema es cuando procurar un buen descanso se convierte en un empeño desmedido. Se llama ortosomnia y se trata precisamente de eso, de obsesionarse con tener el mejor sueño posible.
No es en sí una enfermedad reconocida, sino un nuevo término que define una preocupación excesiva que va más allá del cuidado de la salud, que genera ansiedad y que, en ocasiones, puede ser perjudicial para un correcto descanso.
Relojes inteligentes y apps del sueño, ¿ayudan?
Al alcance de cualquier consumidor, hay en el mercado una serie de herramientas que se presentan como medidores de la calidad del sueño. Sin embargo, ¿sus prestaciones están respaldadas por la ciencia? Tenemos pacientes preocupados que vienen a consulta con relojes inteligentes que reflejan una proporción de las fases del sueño que aparentemente no es normal o en los que se advierte de un sueño poco profundo o reparador. En realidad, se tratan de estimaciones no validadas e imprecisas.
Los relojes inteligentes pueden causar ortosomnia al generar dudas y preocupaciones adicionales, haciendo que estemos pendientes de ellos. Además, la especialista destaca que hay que conocer las limitaciones de estas aplicaciones, ya que la mayoría de ellas evalúan únicamente el movimiento y, de este modo, pueden llevar a equívocos. Por ejemplo, en personas que tienen insomnio y apenas se mueven en la cama puede parecer que duermen más de lo que en realidad lo hacen.
Cómo tratar la ortosomnia
Lo primero que hay que procurar es seguir un horario de sueño apropiado y regular, con una duración de entre 7 y 9 horas en adultos. Otros hábitos que recomiendan los especialistas son:
- Tener la sensación de descanso al levantarse y que se esté en las mejores condiciones para llevar a cabo las actividades diarias sin somnolencia para saber que la calidad de sueño es adecuada. Esto será mucho más determinante que el gráfico que marque cualquier aplicación.
- Favorecer que en las últimas horas del día nuestro nivel de actividad y de estrés disminuyan. En este punto, Puertas subraya que nunca desconectamos del todo durante el sueño. Nuestro cerebro sigue teniendo actividad por la noche. Si hay algo que nos preocupa y nos despertamos, esa inquietud nos va a despejar. Por eso, es importante irse a la cama con una relajación progresiva, porque en caso de que nos desvelemos por la noche, nos volveremos a dormir enseguida sin acordarnos al día siguiente.
Si, aun siguiendo estos consejos, no podemos evitar dejar de preocuparnos por nuestro sueño y, como consecuencia, resulta imposible dormir bien, es necesario acudir a un especialista.
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