Si padeces los dolores de la regla en el frío, sabes perfectamente cómo son los síntomas que te resumimos a continuación: dolor abdominal, dolor de cabeza, estreñimiento, inflamación de mamas, abdomen o retención de líquidos y, en los casos más serios incluso, impide el seguimiento normal de las actividades diarias. Hablamos de los trastornos antes y durante la menstruación, que causan un proceso inflamatorio que puede acabar derivando en estos síntomas que hemos citado.
Si sumamos el factor hormonal en este proceso, podemos tener casos en los que se ve afectado también el estado de ánimo, generando irritabilidad, nerviosismo o ansiedad. Pues bien, ¿sabías que estos síntomas pueden empeorar con el frío? Aún estamos en invierno, por lo que quedan días de temperaturas bajas por delante. “Los síntomas premenstruales empeoran también con el frío, especialmente los que afectan al estado de ánimo de la mujer, ya que durante el verano, la exposición al sol es mayor, lo que genera la producción de vitamina D y dopamina, elementos asociados al estado de ánimo positivo”, nos resume la doctora Sandra Ortega, ginecóloga de Vithas Castellón.
Periodos más dolorosos y abundantes en el frío
La experta añade, además, que “hay que tener en cuenta que el calor actúa como vasodilatador y, es por ello que la sangre puede fluir con más facilidad y, por lo tanto, que duela menos la menstruación en verano. En cambio, en invierno el frío actúa como vasoconstrictor y por eso las mujeres tienen períodos más dolorosos, menos abundantes y más largos”.
Una vez más, la vitamina D juega un papel fundamental. La doctora recalca que “además, de desempeñar acciones de fijación del calcio y fósforo en el organismo, esta vitamina también se ha relacionado con la producción de serotonina y debido a que en la depresión se encuentra un bajo nivel de este neurotransmisor, la vitamina D podría beneficiar a las personas deprimidas, y, por lo tanto, paliar la irritabilidad y estados depresivos que provoca en muchas mujeres el síndrome premenstrual”.
Dieta, sol y ejercicio
Hay tres factores implicados que, en opinión de la experta, pueden ayudarnos a mitigar los síntomas: buena alimentación, una vida activa y una exposición solar adecuada para aliviar esta sintomatología.
- “La dieta tiene un papel fundamental en el síndrome premenstrual, una alimentación adecuada proporciona los nutrientes imprescindibles para paliar los síntomas y reponer las pérdidas ocasionadas durante este periodo. Es clave reducir el consumo de carne, proteínas animales, grasas saturadas y alimentos grasos y aumentar los alimentos ricos en hierro, magnesio, potasio, vitamina C, B o E, así como una buena hidratación con agua, evitando el exceso del consumo de cafeína y bebidas con gas”, añade la especialista.
- Por otra parte, cuanto mayor es la exposición solar, mayor estimulación ovárica existe a nivel hormonal. “La hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH) estimulan la producción de estrógenos y modulan la maduración de los ovocitos que es la célula germinal femenina que está a punto de convertirse en un óvulo maduro en la primera parte de cada ciclo menstrual. Es decir, que en verano, aumenta la secreción de FSH y también la frecuencia de ovulación por ello los ciclos suelen ser más cortos en el verano, comparados con el invierno y, en invierno, por el contrario, si existe poca exposición, la actividad de nuestros ovarios será menor”, nos cuenta.
- Otro de los factores que destaca la especialista es la necesidad de la actividad física, “el invierno implica pasar más tiempo en casa y movernos menos, lo que implica un empeoramiento de los síntomas premenstruales, ya que las mujeres que son más activas tienen ciclos mucho más regulares y menos dolorosos. Sin duda, la actividad física ayuda a liberar endorfinas naturales que calman el dolor mientras se practica. Además, reduce la inflamación y la retención de líquidos y aumenta la positividad y el ánimo, reduciendo la ansiedad”.
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