La vulvodinia es un malestar o dolor en la vulva descrito que se caracteriza por un ardor y una duración media de tres meses que, además, puede ser crónico o intermitente afectando a la relación de pareja y a las relaciones sexuales. En la mayoría de los casos existe dolor en forma de ardor, picor, escozor, sensación pulsátil, que interfiere nuestra vida normal en actos tan vitales como sentarse o tener relaciones sexuales.
Los síntomas más frecuentes son el dolor, el ardor o la irritación de la zona, y a veces una molesta sensación pulsátil, haciendo difícil en ocasiones mantener relaciones sexuales con normalidad.
La vulvodinia, un problema del cual se desconocen las causas concretas, puede desencadenarse por distintivos estímulos como el roce o las relaciones sexuales; la vulvodinia afecta alrededor del 8 y 10% de las mujeres de todas las edades.
El diagnóstico requiere de una completa historia clínica, exploración clínica y test diagnósticos específicos, aunque se trata finalmente de un diagnóstico por exclusión, una vez descartado infecciones por hongos y bacterias y otras causas de dolor y disconfort vulvar (cánceres, traumatismos, causas neurológicas, déficit de hormonas como en la menopausia…)
Consejos para prevenir la vulvodinia
La vulvodinia es complicado prevenirla tanto con medidas específicas como a través de hábitos de vida saludables. Es un proceso de causa desconocida, es una neuralgia, una alteración de los nervios de la zona que recogen sensaciones de dolor sin causa aparente.
En cambios, otros expertos sí consideran que existen una serie de medidas higiénicas y pautas de autocuidado que pueden contribuir a su prevención. “Al desconocer el origen de la vulvodinia, la prevención tiene que ir dirigida a evitar los desencadenantes del dolor y aliviar los síntomas.
Utilizar ropa adecuada y evitar prendas húmedas
- Usar ropa interior blanca de algodón durante el día y ninguna por la noche.
- Utilizar medias a media pierna y evitar pantis o medias enteras.
- Optar por detergentes dermatológicamente probados.
- Retirar el bañador y la ropa deportiva lo antes posible para evitar la humedad y el sudor.
- Enjuagar varias veces los bañadores y la ropa interior.
Medidas higiénicas
no se deben realizar duchas vaginales ni baños en agua muy caliente, así como hay que apostar por jabones adecuados para la zona íntima. Conviene utilizar papel higiénico suave y sin perfume para evitar irritar la zona.
- Evitar irritantes vulvares (perfumes, detergentes y duchas vaginales) y usar en la ducha jabones suaves, sin aplicar ninguno en la vulva. La vulva se puede limpiar suavemente con agua y secar con palmaditas.
- Después de la limpieza, emplear un producto emoliente sin conservantes (aceite vegetal o vaselina simple) ayuda a mantener la humedad en la piel y a mejorar la función de barrera.
- Evitar el uso diario de salvaslips. ““En cuanto a las compresas o tampones, es preferible que sean de algodón y si es posible, optar por el uso de una copa menstrual”, puntualiza Domínguez.
- Intentar orinar antes de que se llene la vejiga y evitar estreñimiento añadiendo frutas y verduras, fibra y abundante hidratación a lo largo del día.
- Con respecto a la depilación del vello púbico, se ha visto que aumenta la probabilidad de desarrollar vulvodinia, siendo mayor cuanto mayor es la zona depilada y cuanto menor tiempo transcurra entre las sesiones.
Trucos durante relaciones sexuales
Se recomienda una lubricación adecuada para las relaciones sexuales evitando aquellos productos que contengan propylen-glicol. Utilizar crema con lidocaína aplicada 10 minutos antes de la relación, así como las compresas de hielo después de practicar sexo. Sobre el uso de compresas de hielo o paquetes de gel frío, estos ginecólogos advierten que pueden producir irritación si se te usan en exceso.
Otra medida relacionada con la actividad sexual y la prevención de la vulvodinia, es orinar después de la relación y enjuagar y secar la vulva con palmaditas después de orinar. Debe evitarse el uso de secadores de pelo.
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