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Tan pronto como incorpores por lo menos un día de entrenamiento de fuerza corporal total por semana, rápidamente notarás una diferencia en tu forma y en tu forma de portarte. (¡Sí, incluso una vez por semana puede tener un impacto!).

Estas son las razones principales por las que tu (y todos sus conocidos) también deben entrenar con fuerza.

El entrenamiento de fuerza eleva tu metabolismo

El entrenamiento de fuerza aumenta el exceso de consumo de oxígeno post (EPOC). Esto es importante para todos nosotros, ya que este proceso puede aumentar su metabolismo hasta 24 horas después de que concluya su entrenamiento. Este cambio le permite al cuerpo quemar grasas de manera más eficiente a lo largo del día al tiempo que asegura la energía sostenida. Además, el músculo magro mejora la postura, esculpe el físico y protege nuestros huesos.

Puede ayudarte a vencer los antojos de azúcar

Otra gran ventaja de trabajar con pesas es mejorar el metabolismo de la glucosa. El entrenamiento de fuerza aumenta la cantidad de proteínas que extraen la glucosa de la sangre y la transportan al músculo esquelético. Esto le da a los músculos más energía y reduce los niveles generales de glucosa en la sangre. La respuesta de la insulina del cuerpo se reducirá, lo que limita los picos rápidos de azúcar en la sangre. Esto no solo es importante para combatir los antojos, sino que también evita que nuestros cuerpos retengan la grasa innecesaria.

¿Sentado todo el día? El entrenamiento de fuerza reduce los efectos negativos

Una base sólida (también conocida como un cuerpo fuerte) ayuda a eliminar la presión de las articulaciones. Cuando nos sentamos por largos períodos de tiempo, perdemos la activación en nuestro núcleo y glúteos. Esto lleva a una mayor presión en lugares como la espalda baja. Para evitar este problema, es increíblemente beneficioso (e imperativo) fortalecer estos grupos musculares, de esa manera estos músculos pueden ayudar al cuerpo en todo momento, incluso en situaciones pasivas.

Entonces, si no has probado el entrenamiento de fuerza, ahora tienes tres razones sólidas para comenzar. Agarra a un amigo, pesa un poco y observa cómo tu vida y tu cuerpo cambian ante tus ojos.

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