La rueda abdominal te permite entrenar el core de manera integral: abdominales, glúteos, espalda baja y oblicuos, ya que, proporciona eso que llamamos ‘anti-extensión’ y que consiste en evitar que arquees demasiado la espalda.
Otra de las ventajas de trabajar el core con la rueda abdominal es que nos permite controlar a la perfección el movimiento que vamos a realizar y evitar de este modo la extensión excesiva de esta parte. Por ello la concentración en los músculos de esta parte del cuerpo es mayor y nos ayudará a conseguir una zona fuerte y resistente.
Es necesario que empecemos por acostumbrar a nuestro cuerpo a este ejercicio, para poder, poco a poco, seguir evolucionando y realizando una extensión perfecta y productiva a la hora de entrenar la parte abdominal. Para conseguirlo, nos vamos a detener en los pasos a seguir, y en cómo sacarle el máximo partido a este aparato.
EJERCICIOS PARA INICIAR CON LA RUEDA ABDOMINAL
Al principio podemos empezar practicando con una barra y dos discos, uno en cada punta, a modo de ruedas, para deslizarnos y poder adaptarnos al movimiento. Es importante tener en cuenta que al principio el movimiento no va a ser tan largo. Lo ideal es empezar por no estirar mucho el tronco, si no con pequeños movimientos en los que contraigamos los músculos abdominales al realizar este movimiento.
Otra estrategia para comenzar a trabajar con la rueda abdominal es comenzar a practicar con un banco que podemos inclinar unos 30 grados. La rueda abdominal la colocaremos sobre el respaldo del banco. Nos colocaremos de pie con los glúteos y el abdomen activado y manteniendo la espalda recta, deslizamos la rueda por el respaldo, mientras que activamos el abdomen. El recorrido no será muy grande, pero nos servirá para adaptarnos al movimiento e ir ganando fuerza en el abdomen para poder lanzarnos a realizar la rueda abdominal de manera correcta.
POSTURA CORRECTA PARA UTILIZAR LA RUEDA ABDOMINAL
Para evitar sobrecargar la parte lumbar, es mejor adoptar lo que se llama postura de gato, que consiste en arquear ligeramente la columna hacia afuera, doblando ligeramente los hombros hacia adentro. Debe ser una inclinación ligera, nunca forzada, y mucho menos que nos obligue a adoptar una postura que no nos resulte cómoda y que pueda acabar derivando en una lesión si no tenemos cuidado.
No olvidemos que con la rueda abdominal podemos ejecutar otros ejercicios en los que la rueda sirva para apoyar no solo las manos, si no las piernas para concentrar de este modo la tensión en la parte baja del abdomen. Se trata de ejercicios más complejos, recomendados para personas que controla mucho más el movimiento y la fortaleza en el core.
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