Papel picado, colores y tradiciones

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El papel picado es un producto que nació en Huixcolotla e incluso ha sido declarado como patrimonio Cultural de Puebla. A partir de los años sesenta empezaron a difundirlo en la Ciudad de México, convirtiéndose así en una artesanía reconocida no sólo a nivel nacional sino también internacional, incluso se han montado exposiciones en Estados Unidos y en Europa.

Frente a los éxitos del papel picado en los diferentes eventos y muestras, esta artesanía ha sido reconocida y apoyada por las Secretarías de Turismo y de Cultura; el 22 de septiembre de 1998, el Ejecutivo del estado de Puebla lanzó un decreto que declaraba Patrimonio Cultural del Estado de Puebla a la artesanía del papel picado a mano que se elabora en el Municipio de San Salvador Huixcolotla.

PAPEL PICADO EN LA OFRENDA 

Durante la época prehispánica, en las ofrendas o altares de Día de Muertos solían colocarse representaciones hechas en papel amate que aludían a las deidades de los elementos naturales (Agua, Tierra, Aire y Fuego) de la agricultura y del Mictlán.

Actualmente, el papel picado no sólo le da color a la ofrenda, sino que representa el aire, uno de los cuatro elementos que debe estar presente en cualquier ofrenda, cada papel picado tiene diferentes colores, los cuales se fueron adaptando a un nuevo rito, en tiempo de la evangelización.

El naranja, representa luto; el morado, se refiere a la religión católica; el azul, refiere a los difuntos que tuvieron una muerte relacionada con el agua; el rojo, es para los guerreros o mujeres que fallecieron durante el parto; el verde, es para los jóvenes; el blanco, para los niños: el amarillo, para los ancianos y el negro simboliza al inframundo.

La preparación para la temporada alta inicia desde agosto, cuando los artesanos crean diseños no personalizados y envían los productos a papelerías y a diferentes estados de la republica mexicanas, también inician el envío a diferentes países, en promedio, un papel picado de una medida estándar de 45 por 38 centímetros se elabora en 30 minutos, para lo cual se usan 60 cinceles y un martillo en una base de plomo.

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