
En un momento crítico para las relaciones México–Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum recibió al subsecretario de Estado norteamericano, Christopher Landau, en Palacio Nacional el 11 de junio de 2025.
En un gesto sólido de defensa a sus connacionales, Sheinbaum adelantó que enfatizará ante el representante de Washington que “los mexicanos allá son personas honestas y trabajadoras, que requieren de un reconocimiento, porque Estados Unidos los necesita para su economía”.
Diplomacia sin guion, pero con firmeza
Aunque no existía una agenda predeterminada para el encuentro —orientado originalmente a coordinar la próxima visita del secretario Rubio— la escalada de acusaciones en torno a protestas en Los Ángeles obligó a incorporar el tema. Sheinbaum confirmó que abordará la posibilidad de enviar una carta diplomática —probablemente dirigida a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem— para aclarar el malentendido sobre sus supuestas declaraciones que incitaban a protestas violentas.
Revalidando el orgullo migrante
En su intervención ante Landau, Sheinbaum no solo defiende la dignidad de los migrantes mexicanos, sino que reivindica su doble rol en la economía norteamericana:
- Como trabajadores honestos, ya sea documentados o residentes de largo plazo;
- Como pilares económicos: su contribución, directa con trabajo y remesas, es imprescindible para ambos países.
La mandataria destacó también el papel solidario de ciudades como Los Ángeles, que han acogido a cientos de miles de mexicanos, reforzando el vínculo comunitario y social.
Estrategia diplomática: diálogo, no confrontación
Conscientes del fin electoral inminente en EE UU., Sheinbaum opta por un discurso diplomático mesurado:
- Retoma el llamado a evitar protestas violentas y reafirma su condena absoluta ante cualquier episodio de violencia.
- Plantea el diálogo como instrumento clave para limar asperezas, tanto en el caso específico de las protestas en Los Ángeles como en otros asuntos de coyuntura.
De Los Ángeles al G7: la agenda regional en escena
La cumbre del G7, organizada del 15 al 17 de junio en Canadá, marcará el punto de inflexión de esta ronda diplomática. En ese marco, Sheinbaum tiene previsto reunirse con el presidente Trump y otros altos funcionarios. En dicha instancia, elevará los temas de migración, seguridad fronteriza y comercio.
El impulso será por una reforma migratoria integral, que reconozca a los trabajadores mexicanos como parte estructural de ambas economías, y que busque frenar las redadas masivas y los impuestos sobre remesas.
Tensión bilateral, pero sin ruptura
Este cruce de posturas entre representantes de ambos países surge en medio de una coyuntura delicada: EE UU. enfrenta críticas por redadas en California y limitaciones en políticas migratorias; México defiende a sus nacionales sin confrontación frontal. Sheinbaum ha dejado clara su posición: no exige disculpas, pero sí pide respeto y diálogo, evitando que la retórica dañe la cooperación bilateral .
Perspectiva periodística
La reunión con Landau no solo es una respuesta a los cuestionamientos de Noem, sino también una preparación diplomática para el cara a cara con Trump. Sheinbaum busca:
- Defender la dignidad de los migrantes en suelo estadounidense;
- Reforzar el vínculo comercial entre ambos países, recordando la necesidad del factor laboral mexicano;
- Evitar que conflictos políticos internos de Estados Unidos—como la manipulación de declaraciones oficiales—impacten negativamente en la alianza con México.
Un mensaje para los mexicanos
La mandataria envía también una señal interna: no hay subordinación ni sumisión, sino una defensa respetuosa y firme de los derechos de los ciudadanos dentro y fuera del país. Su discurso combinó orgullo nacional, pragmatismo diplomático y visión multilateral.
Próximos pasos
En las próximas semanas, habrá seguimiento puntual a:
- La respuesta formal de Estados Unidos a la carta diplomática, si es que se envía;
- El contenido de los encuentros en el G7, incluyendo declaraciones de Trump y posibles compromisos bilaterales;
- La evolución del debate migratorio, especialmente si el Congreso de EE UU. retoma iniciativas sobre las remesas y el estatus de los trabajadores migrantes.
Claudia Sheinbaum lleva a Landau no solo un acto protocolario, sino una pieza estratégica en su agenda: realza la contribución de los mexicanos en EE. UU., ofrece abierto diálogo diplomático y reitera su intención de evitar confrontaciones que dañen los intereses nacionales. En un contexto preelectoral y con tensiones bilaterales latentes, Sheinbaum apuesta por el orgullo migrante y la diplomacia profesional.
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