El consumo de leche de vaca es una de las principales fuentes de calcio, magnesio y otros nutrientes esenciales para el desarrollo infantil y la salud ósea en adultos.
Sin embargo, no todas las marcas cumplen con los estándares de calidad establecidos en la Norma Oficial Mexicana (NOM), lo que puede afectar su valor nutricional.
Por ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) llevó a cabo un análisis de 20 productos lácteos disponibles en supermercados, evaluando su contenido de proteínas, grasas, carbohidratos, aporte energético, higiene, contenido neto, sólidos no grasos y densidad.
Entre ellos, 17 eran leches en distintas presentaciones (descremadas, deslactosadas, enteras y semidescremadas) y 3 productos lácteos combinados.
Tras diversas pruebas de laboratorio, Profeco determinó que algunas marcas no cumplen con la NOM-155-SCFI-2012, la cual regula el contenido mínimo de sólidos no grasos y la densidad de la leche, así como con la NOM-002-SCFI-2011, relacionada con el contenido declarado en el etiquetado.
Marcas que no cumplen con la norma
- Las siguientes presentaciones fueron señaladas por incumplir con los estándares:
- Lala 100 Fresca sin lactosa (deslactosada).
- Lala 100 Fresca sin lactosa Low carb-30%, light.
- Leche Querétaro.
Además, la marca 19 Hermanos fue la peor evaluada, ya que, aunque se comercializa como “leche”, en realidad es una mezcla de leche con grasa vegetal. Este producto incumple la NOM-155-SCFI-2012 al tener un contenido de sólidos no grasos inferior al mínimo requerido tras el proceso de eliminación de lactosa.
¿Qué se considera leche y qué no?
De acuerdo con las normativas oficiales, la leche es el producto obtenido de la secreción de las glándulas mamarias de vacas o de otras especies animales como búfalos, cabras, ovejas, camellos, yaks, caballos, renos y burros.
Cuando un producto contiene grasa vegetal para mejorar su textura o se elabora a partir de componentes lácteos pero con menor contenido proteico, se clasifica como fórmula láctea o producto lácteo combinado, y debe estar debidamente etiquetado para informar al consumidor.
Este estudio de Profeco subraya la importancia de leer las etiquetas y conocer la calidad de los productos antes de comprarlos, garantizando así un consumo informado y saludable.
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