
Desde que en 2008 Fabian Schmidt obtuvo su residencia legal en Estados Unidos al volver al país posiblemente escuchó a más de un agente de inmigración y aduanas en el aeropuerto recibirle con una frase habitual para quienes tienen la ‘green card’: «bienvenido a casa». No el 7 de marzo. Aquel día este ingeniero eléctrico de 34 años residente en New Hampshire, con pareja estadounidense y una hija de ocho años, no llegó a cruzar seguridad en el aeropuerto de Boston cuando volvía de un viaje a Luxemburgo.
Fue detenido y, según su abogado, sometido a «tácticas de interrogatorio innecesarias». Su madre ha dicho que le sometieron a una ducha fría y lo encerraron con poca comida y agua y sin acceso a sus medicamentos y tuvo que ser trasladado a un hospital. Lleva dos semanas en un centro de detención en Rhode Island, donde espera la deportación. No se han presentado cargos en su contra y lo único que consta en su historial es un antiguo cargo de posesión de marihuana, que fue desestimado, y no haber acudido a una cita judicial (según su madre, porque la citación no llegó a la nueva dirección cuando se mudaron de estado).
El caso de Schmidt es solo uno de varios que en los últimos días han salido a la luz sobre detenciones y deportaciones o intentos de expulsión en EEUU de inmigrantes con residencia permanente o con visados legales de turismo o trabajo. Y confirman una escalada en la agresividad de las tácticas que los agentes de fronteras están aplicando en este mandato de Donald Trump, que ha hecho de la lucha contra la inmigración, no solo de quienes llegan sin papeles, uno de los epicentros de su presidencia.
Trump va ahora con deportaciones contra quienes cruzan la frontera legalmente como turistas y hasta sus celulares revisan
La administración del presidente Donald Trump en Estados Unidos ha intensificado su política migratoria, pues además de ir contra los migrantes ilegales y quienes cometen delitos ahora ha decidido enfocarse en quienes ingresan a Estados Unidos con visas de turista y otros permisos legales.
Según reportes recientes, agentes fronterizos han adoptado tácticas más agresivas bajo lo que el gobierno denomina “verificación mejorada”, incluyendo la revisión exhaustiva de celulares y dispositivos electrónicos de viajeros en los puertos de entrada, reportó el diario estadounidense The New York Times.
El endurecimiento de las medidas comenzó el primer día del nuevo mandato de Trump, cuando firmó una orden ejecutiva que otorga a los oficiales fronterizos amplios poderes para investigar a fondo a todos los extranjeros que buscan ingresar o ya están en el país.
Entre los casos más destacados, dos turistas alemanes fueron detenidos durante semanas en la frontera sur, un académico de Georgetown fue arrestado frente a su casa en Virginia por agentes enmascarados, y una profesora de la Universidad Brown fue deportada tras encontrar en su teléfono contenido que las autoridades vincularon a Hezbolá. Además, un científico francés que acudía a una conferencia fue rechazado tras descubrirse mensajes críticos a las políticas de Trump en su dispositivo.