Hay una máquina Keurig en millones de hogares donde la marca tiene presencia. Los sistemas de preparación de café de una sola porción, que permiten a los consumidores preparar solo una taza de café a la vez introduciendo una cápsula en una ranura y presionando un botón, han ganado popularidad desde principios de la década de 2000.
Inevitablemente, esto genera mucha basura.
Cada taza de café preparada genera un enigma: ¿qué hacer con la cápsula de café que la produjo? Para empezar, ¿se puede reciclar? La respuesta, en el caso de Keurig, es realmente no. Las cápsulas de café de un solo uso de la empresa, también conocidas como K-cups, están hechas de plástico de polipropileno, un material que los expertos advierten que no es tan reciclable como se les ha hecho creer a los consumidores. Dos de las empresas de reciclaje más grandes del país han dicho que no aceptan cápsulas K-cup, y un grupo ambientalista calculó que si alineara todas las cápsulas K-cup en los vertederos del mundo una al lado de la otra, darían cómodamente la vuelta al mundo 10 veces .
Una nueva empresa de cápsulas de café afirma haber desarrollado una solución al problema de los residuos plásticos de Keurig. Cambio Roasters, que se lanzó en septiembre, ofrece una cápsula de café compatible con Keurig que está hecha de aluminio, que, a diferencia del plástico, es infinitamente reciclable. Cambio está dirigida por un equipo de ex empleados de Keurig, incluido el fundador y director ejecutivo Kevin Hartley, quien anteriormente fue director de innovación en Keurig Green Mountain, como se conocía anteriormente a la empresa. «Esta es, en nuestra opinión, la innovación más emocionante en el café desde la K-cup», dijo Hartley durante una conferencia de prensa el día del lanzamiento de Cambio.
Sin embargo, los expertos no están seguros de que Cambio comprenda cuán grande es el problema que representan las cápsulas K-cups para los sistemas de reciclaje.
Más problemas
Otro problema es la composición plástica de la mayoría de las cápsulas K-cup. Las preocupaciones por la sustentabilidad han seguido de cerca a la marca Keurig a medida que ha crecido. (Keurig, que alguna vez fue una pequeña empresa emergente, fue adquirida por Green Mountain Coffee Roasters en 2006; en 2018, Keurig Green Mountain se fusionó con Dr Pepper Snapple para convertirse en Keurig Dr Pepper). Keurig comenzó a vender cápsulas K-cup hechas de polipropileno en 2016, con el objetivo de hacer que el 100 por ciento de las cápsulas K-cup sean «reciclables» para 2020. Pero la empresa se ha encontrado con problemas por promocionar la reciclabilidad. En 2018, un residente de California demandó a Keurig por afirmar que las cápsulas K-cup podían reciclarse después de quitar la tapa de aluminio y enjuagar o desechar los posos de café, lo que resultó en que Keurig aceptara pagar $10 millones en un acuerdo de demanda colectiva. Y en septiembre de este año, la Comisión de Bolsa y Valores acusó a Keurig de afirmar falsamente que las cápsulas “ pueden reciclarse de manera efectiva ” (Keurig resolvió la demanda acordando pagar una multa de 1,5 millones de dólares).
Cambio no es la primera empresa de café de una sola porción que opta por deshacerse del plástico o invertir en la circularidad. Nespresso, una popular empresa de café de una sola porción que es propiedad del Grupo Nestlé, ha fabricado sus cápsulas con aluminio durante más de 30 años. En 2020, Nespresso anunció que sus cápsulas estarían hechas de un 80 por ciento de aluminio reciclado y afirma que su tasa de reciclaje global es del 32 por ciento .
Pero las cápsulas Nespresso sólo funcionan en las máquinas Nespresso. Como las cápsulas de café Cambio están diseñadas para funcionar con los modelos Keurig, Hartley espera ofrecer a los consumidores lo que quieren “sin tener que comprar una cafetera nueva”.
Cambio también permite a los usuarios retirar la tapa y vaciar los posos antes de reciclarla. Las tapas de las cápsulas de Nespresso son difíciles de quitar , y la empresa indica a los usuarios que reciclen sus cápsulas tal como están, con los posos incluidos, pero solo están aprobadas para el reciclaje en la acera en la ciudad de Nueva York y Jersey City, donde un contratista de reciclaje designado las limpia antes de reprocesarlas. (Los consumidores de Nespresso también pueden enviar las cápsulas usadas por correo al fabricante para reciclarlas o dejarlas en las tiendas Nespresso).
Lamentablemente, según los expertos, sustituir el plástico por el aluminio no resuelve automáticamente la crisis de reciclabilidad de las cápsulas K-Cup. Lo que realmente impide que las cápsulas de café, independientemente de su material, tengan una segunda vida es su tamaño.
Después de la recolección, los materiales reciclables se clasifican en una instalación conocida como centro de recuperación de materiales o MRF. Los MRF no están equipados para recolectar artículos pequeños (una regla general es que no pueden manejar nada más pequeño que una tarjeta de crédito), por lo que los objetos pequeños que se colocan en los contenedores de reciclaje a menudo terminan enviándose a los vertederos. «Las cápsulas K son tan pequeñas que se caen a través de la maquinaria de muchas instalaciones de reciclaje», dijo Pare. «Por lo tanto, aparte de separar» las cápsulas de café del flujo de desechos «individualmente, no hay una buena manera de reciclarlas».
El enfoque de Cambio para solucionar este problema tiene dos vertientes. En primer lugar, la empresa dice que quiere que los consumidores apilen las cápsulas K-cup usadas (y luego las cierren con los dedos) para superar los requisitos de tamaño de muchas instalaciones de reciclaje. Tres o más cápsulas K-cup usadas deberían crear una pieza de aluminio lo suficientemente grande como para pasar por la maquinaria de las instalaciones de reciclaje, dice Hartley. (Estas instrucciones no aparecen actualmente en el empaque ni en el sitio web de Cambio).
Cambio dice que también está desarrollando un dispositivo que facilitará el apilamiento y el pellizco de las cápsulas K-cups usadas. “Piense en este dispositivo como una manera fácil para que los consumidores junten las cápsulas y luego las tiren a su contenedor de reciclaje”, dijo Hartley. Agregó que la compañía ha presentado patentes para las cápsulas Cambio de segunda generación que se pueden “unir” después del uso.
Jan Dell, ingeniero químico y fundador de una organización ambiental sin fines de lucro, dijo: “No creo que las cápsulas de aluminio sean una mejora significativa”, citando su pequeño tamaño como una barrera para ser aceptadas y clasificadas a través de los sistemas de reciclaje en la acera. “Piense en las cápsulas como si fueran confeti: imposibles de volver a recolectar”.
Cambio no está de acuerdo con la caracterización que hace Dell del cambio al aluminio, señalando que actualmente, prácticamente no se reciclan cápsulas de plástico de un solo uso, mientras que el aluminio se puede reciclar infinitamente. “Para Cambio y los consumidores, estos dos hechos son significativos”. Hartley también compartió que el trabajo de garantizar la compatibilidad de Cambio con los programas de reciclaje en todo el país está “en curso”. La empresa está planeando realizar pruebas con MRF en mercados específicos “tan pronto como sea posible”.
En respuesta a una solicitud de comentarios, un portavoz de Keurig Dr Pepper dijo: “Sabemos que nuestros consumidores quieren simplicidad y menos desperdicio”. Compartieron que la compañía ha “estado aligerando nuestras cápsulas para reducir la cantidad de plástico utilizado”, así como “aumentando las opciones para reciclarlas”, incluido un programa que se lanzará próximamente en el que los clientes podrán enviar por correo sus cápsulas usadas a Keurig para reciclarlas. El portavoz también dijo que la compañía está “explorando continuamente” más opciones de “envases sustentables”.
Dell lidera la organización sin fines de lucro The Last Beach Cleanup, que se centra en la lucha contra la contaminación por plástico. La solución definitiva para la huella de plástico de Keurig, dijo, es un producto que elimina «la necesidad de recoger nada de los clientes», como una cápsula a base de fibra que se puede convertir en abono junto con los posos.
Keurig está probando actualmente un formato de cápsulas a base de plantas que no tendrá plástico ni aluminio, y la empresa espera que esté certificada como compostable, según el portavoz de Keurig Dr Pepper. Hartley dijo que trabajó en ese producto durante muchos años y lo calificó como «una innovación asombrosa».
Pero estas cápsulas de café, que todavía no están disponibles para la venta, requerirán una máquina completamente nueva para funcionar. “Pasará mucho tiempo antes de que Estados Unidos deseche 40 o 50 millones de cafeteras y compre 40 o 50 millones de cafeteras nuevas”, dijo Hartley. Agregó, refiriéndose a su tiempo en Keurig, “no diré públicamente cuánto dinero gastamos para empezar desde cero y tener 50 millones de hogares estadounidenses que adoran sus Keurig. Pero es un gran esfuerzo y lleva décadas”.
En una entrevista concedida a The Atlantic en 2015, el inventor de la cápsula K-cup dijo: “A veces me siento mal por haberlo hecho”. A medida que crezca el mercado de cafeteras monodosis , también crecerá su impacto en el medio ambiente, a menos que sus productos se reinventen y rediseñen radicalmente. Las máquinas Keurig y Nespresso se comercializan como cómodas y lujosas, una combinación que probablemente seguirá atrayendo a nuevos segmentos del mercado.
Pero los amantes del café con conciencia ecológica pueden estar tranquilos sabiendo que no necesitan una máquina Keurig o Nespresso para preparar una taza de café a la vez; cualquier cafetera puede preparar una sola taza de café si solo usan el agua y el café molido que realmente necesitan. No se necesitan cápsulas, tal vez solo un filtro.
Este artículo apareció originalmente en Grist, una organización de medios independiente sin fines de lucro dedicada a contar historias sobre soluciones climáticas y un futuro justo.
