La piel seca puede sentirse como una batalla constante y eterna. Las bajas temperaturas y los niveles de humedad, por no mencionar todo el calor del interior, pueden hacer que la piel se seque, se agriete y se desprenda. Sin contar el daño que le hace la contaminación de nuestra ciudad.
Aquí te compartimos un ritual de tres pasos para consentir a tu piel, diseñado para estimular y mantener la hidratación de la piel suave y nutrida durante toda la temporada.
Limpiar
Para un ambiente calmado y relajante, empezando tu ritual de relajación. Comienza a difundir tu aceite esencial favorito. Lavarte la cara es un paso esencial para el cuidado de la piel, y por la noche, se trata de eliminar la suciedad, los contaminantes ambientales y el maquillaje del día, preparando la piel para recibir cualquier tratamiento durante la noche.
En los meses de invierno, es importante no despojar a tu piel de sus aceites durante este paso, así que busca limpiadores cremosos o a base de aceite (en lugar de geles) que no comprometan la barrera protectora de tu piel. Incluso puedes probar una técnica de doble limpieza, utilizando un limpiador de aceite, seguido de uno a base de agua, que combina las propiedades suavizantes e hidratantes de un aceite con el poder purificador de un limpiador de agua, como el agua micelar, sin causar sequedad.
La exfoliación combate el embotamiento eliminado las células muertas de la piel y ayuda a que los sueros y las cremas hidratantes absorban mejor, y aunque este es un paso importante, querrás exfoliar hasta dos veces por semana para mantener la piel radiante. Tómalo con calma con el exfoliante que elijas y evita los ingredientes abrasivos.
Hidratación
Opta por una ducha caliente, y trata de mantener el tiempo de la ducha a 10 minutos.
Después de la ducha, querrás sellar la humedad enfriando tu piel con una crema ultra rica. Tómate el tiempo de aplicar la crema corporal en movimientos circulares, como un automasaje, y con movimientos largos y suaves en lo brazos y las piernas. Respirar los aceites esenciales mientras los aplicas te ayudarán a dejar un día ocupado y despejar tu mente.
Y no olvides que tus labios también necesitan hidratación.
Restaurar
Inculca una sensación de paz mientras sigues relajándote. Pón capas que se sientan reconfortantes contra tu piel y usa calcetines cómodos para sellar la hidratación hasta la mañana. Usa este tiempo para reflexionar sobre el día, reconectar contigo mismo y establecer cualquier intención para el próximo.
Un humidificador en el dormitorio es una forma sencilla de ayudar a proteger más la piel para que no se seque mientras duermes.