Las negociaciones entre el gobierno federal, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) volvieron a estancarse este miércoles, tras una reunión de casi seis horas que concluyó sin acuerdos sustanciales. El principal punto de discordia sigue siendo la exigencia del magisterio disidente de derogar la Ley del ISSSTE de 2007 y restituir el sistema de pensiones solidarias, demanda que el Ejecutivo considera inviable por razones presupuestarias.
La CNTE, en huelga indefinida desde hace 14 días, ha intensificado sus protestas con bloqueos diarios en distintos puntos de la capital, incluyendo la Avenida Reforma, como medida de presión para que se atiendan sus demandas . Aunque el gobierno ha propuesto complementar las pensiones actuales mediante un fondo de bienestar y ofrecido un aumento salarial del 10%, la Coordinadora considera estas medidas insuficientes y mantiene su postura firme en la derogación total de la reforma de 2007.
La presidenta Sheinbaum ha manifestado su disposición al diálogo, pero también ha expresado su preocupación por las afectaciones a la ciudadanía derivadas de los bloqueos. En días recientes, ha alternado llamados al entendimiento con críticas a las acciones del magisterio, señalando que algunas de sus demandas podrían alinearse con intereses conservadores que buscan boicotear las elecciones judiciales programadas para este domingo.
Por su parte, la CNTE ha reiterado que no se opone a las elecciones, pero advierte que podría intensificar sus movilizaciones si no se alcanzan soluciones satisfactorias. El sindicato ha enfatizado que su lucha es por la justicia laboral y la defensa de los derechos adquiridos, y que las acciones de protesta continuarán hasta lograr compromisos concretos por parte del gobierno.
Mientras tanto, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), mayoritario en el sector, ha adoptado una postura más conciliadora, aceptando las propuestas gubernamentales y manteniéndose al margen de las movilizaciones. Esta diferencia en las estrategias sindicales ha generado tensiones adicionales en el ámbito educativo.
El estancamiento en las negociaciones y la persistencia de las protestas plantean desafíos significativos para la administración de Sheinbaum, especialmente en un contexto electoral sensible. La capacidad del gobierno para gestionar este conflicto sin recurrir a medidas represivas y alcanzando acuerdos que satisfagan a las partes involucradas será determinante en los próximos días.
La situación sigue siendo fluida, y se espera que en las próximas horas se anuncien nuevas acciones por parte de la CNTE, así como posibles respuestas del gobierno federal. La atención nacional permanece centrada en este conflicto, que pone a prueba la capacidad de diálogo y negociación de las autoridades en un momento crucial para el país.
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